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España España · Valladolid
Voto de vircenguetorix:
5
Western Oklahoma, 1889. Unos hombres acusan injustamente a Jed Cooper (Clint Eastwood) de haber robado ganado y no dudan en ahorcarlo. En el último instante, lo salva un comisario que trabaja a las órdenes del juez Fentom. Aclarados los hechos y demostrada su inocencia, el juez aconseja a Cooper que olvide lo ocurrido y le ofrece un puesto como comisario. Su misión será capturar vivos a los que intentaron lincharlo para que sean juzgados por el juez. (FILMAFFINITY) [+]
8 de octubre de 2007
26 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este híbrido entre la clásica película del oeste norteamericana y el spaghetti-western europeo, no hubiera pasado a tener cierto éxito si no es por la presencia de Clint Eastwood. Y digo esto, porque objetivamente “Cometieron dos errores” es más bien poca cosa.

Se nota que es una película de novatos. Casi todo el cuerpo técnico que participa en la cinta eran nuevos en esto del cine, aunque ya tenían algunos de ellos cierta experiencia en televisión.

Sus errores son los habituales, falta de solidez y dispersión de la trama argumental, creando subhistorias de poco valor. Atracción por las corrientes de moda en la forma de rodar de la época, que pasados unos años suele quedar muy caduca –los zooms de esta son lamentablemente malos-. Y en general, cierta inclinación hacia el efectismo propio del cine de terror, en el que aquí se inspiran.

Y eso que el director, Ted Post, no era un niño precisamente, pero su forma de manejar la cámara está más cercana a la un estudiante de cine que a la de un cincuentón. El que es malo, lo es siempre, luego nos regalaría ese fiasco titulado “Regreso al planeta de los simios”.

Pero lo más interesante de esta película es la apología de la pena de muerte que se hace en ella. Si el personaje de Eastwood, representa el hombre que quiere resolver los problemas a la antigua usanza, el juez simboliza el nuevo modelo que se va imponiendo en Estados Unidos por aquella época. Y es él, y no los pistoleros de siempre los que imparten esa justicia. Aunque se equivoquen. Esta es la clave de la cuestión.


La pena de muerte es necesaria, ya que si no lo hacen ellos se hará en otra parte tomándose la gente la justicia por su mano. Y aunque se asuman errores y que hay personas que serán ajusticiadas de forma errónea, lo individual no puede parar lo estructural, que es el sistema judicial.

Este mensaje, bastante discutible, es el motor de la una historia rodada en Nuevo México, donde nuestro amigo Clint, está bien como siempre. Eso sí, nadie puede creerse que pueda ser abogado. Sus conocimientos de Derecho en la película son los mismos que los de Bisbal de Sociología de las Religiones.

Hay más puntos en contra de ella, desde la horrible banda sonora, una de las peores que recuerdo, a la lamentable historia de amor, completamente forzada, deshilvanada y carente de credibilidad. Papel de mujer florero, muy típico de las películas ultraderechistas norteamericanas como es el caso.

Lo mejor de todo es el comienzo, tiene unos diez primeros minutos extraordinarios, que parecen sacados de lo mejor del género. Pasado el gas inicial, viene el sopor y las incongruencias.

Una película bastante floja, que no debe tener más de un visionado, que debe servir para ver a Clint ponerse el sombrero y fumar sus puritos. Poco más.
vircenguetorix
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