El problema no estriba en la multitud de tópicos (todos) que llenan la película; ni en la inexistencia de ¿actores? que encarnen personajes con mínima identidad (todos); ni que estos personajes sean idiotas adolescentes y retrasados policías (todas/os); ni que el aburrimiento nos atenace por la falta de un chispazo de acción (ninguno); ni...
El verdadero problema está en la irremediable inutilidad del realizador en abordar su trabajo cayendo constantemente en incoherencias internas de la narración.
Toda la ¿trama? de la película transcurre durante una tormenta nocturna. Bien; y en un plano -y sin venir a cuento- se nos muestra un cielo límpido de nubes y con una apoteósica luna llena. Pero, a los cuatro segundos, suenan truenos y brillan centellas. Y como este ejemplo de incoherencia narrativa podría abordar otros cuantos, por no destacar lo absurdo de la mayoría de los acontecimientos del ¿film? y la falta de explicación de los mismos al sufrido espectador. Pero esto ya sería abusar de los amigos lectores.

Una -y no es exageración- de las peores películas de la Hª del Cine que he podido ver, desazonado ante tanta incompetencia del tal Campion Murphy y que, por no tener, no posee ni el digno final de este género en particular con el/la protagonista sufriendo persecuciones varias por parte del maléfico psicópata de turno (este de Escapee, en concreto, causa incontenible risa).

Y no ilustro más; no se lo merece este bodrio inmarcesible. Para llorar de pena y de asco, vamos.

Califico este Psycho-killer deleznable con un 1 porque no hay 0.