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Voto de Quatermain80:
6
Drama. Western Durante los más oscuros días de la Gran Depresión, Danny, un joven impetuoso (Lon McCallister), decide abandonar su hogar para establecerse en el pueblo natal de su madre, en el lejano estado de Utah, donde conocerá de primera mano, lo dura que puede ser la vida en el campo. (FILMAFFINITY)
5 de noviembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una nueva oportunidad para acercarse a la obra de Phil Karlson, que hasta hace poco era un perfecto desconocido para mí. Aunque su reconocimiento -que poco a poco se va logrando- se debe a sus espléndidas aportaciones al género negro, en esta ocasión aborda un peculiar Western, ambientado en los tiempos de la Gran Depresión (la de entonces, no la de ahora).

A propósito de esta película karlson afirmaba que era su particular aportación al universo reflejado en "Las Uvas de la Ira", pero lo cierto es que, más allá de la coincidencia temporal y de algunas similitudes puntuales, el filme es un Western de ambiente opresivo sustentado en el enfrentamiento hombre-bestia (en este caso un astuto e implacable Puma), tantas veces tratado en la literatura y el cine. Tal vez los usuarios de cierta edad y afición por la lectura recuerden al ver esta cinta los relatos de un cazador inglés llamado Kenneth Anderson, que acostumbraba a poner títulos muy llamativos a los mismos; a mí, la sensación de espera, de amenaza, unida al aislamiento de los granjeros y a la astucia y maldad del Puma me ha recordado poderosamente aquéllas historias, a las que rindo tributo en el título.

Quizá las mayores debilidades de la película se deban a un guión bastante previsible, carente por lo demás de interesantes diálogos; pese a ello, resulta llamativa la perspectiva ecologista que aportan algunas situaciones y frases, y también el tratamiento del Puma, que encarna una maldad acechante, aviesa. En cuanto a los humanos, la mayoría de ellos no salen mucho mejor parados que el Puma, pues son retratados en toda su furia, plasmada en el enfrentamiento entre Tom y Gil, cuya pelea es de una violencia descarnada, característica del cine de Karlson.

Formalmente, llama la atención la magnífica planificación de las secuencias en las que aparece el Puma, llenas de dinamismo y perfectamente integradas en el entorno. El realizador recurre a abundantes travellings, mostrando la persecución del felino, y a la alternancia entre picados y contrapicados, especialmente cuando nos muestra al Puma encaramado a árboles o rocas. Asimismo, debe destacarse la excelente fotografía en color, que capta toda la belleza de las localizaciones, y consigue sugerir dramatismo en los momentos culminantes del filme.

Las interpretaciones son meramente correctas, con la excepción de Preston Foster y Forrest Tucker, ambos muy bien en sus personajes rudos, agrestes y enfrentados. Pero en todo caso, el que mejor está es el protagonista, que no es ese petimetre de ciudad que llega en busca de fortuna, sino el Puma, siempre dinámico, amenazante y al acecho.
Quatermain80
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