Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Cthulhu:
8
Drama Un paracaidista alemán herido de nombre Stroszek, es enviado a Kos, una tranquila ciudad de Creta, junto a su mujer Nora, una enfermera griega y otros dos soldados con heridas menores. Quedan recluidos en un polvorín de una vieja fortaleza y hay muy poco que hacer. Becker se dedica a traducir y transcribir inscripciones, Meinhart se divierte poniendo trampas para cucarachas y Nora ayuda a Stroszek a hacer fuegos artificiales usando la ... [+]
29 de noviembre de 2016
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
La opera prima de Werner Herzog ya nos desvela ante que clase de artista nos encontramos. Signos de vida (Lebenszeichen) es una obra extraña, quizás por el empleo de diferentes influencias, por una parte las características que definían el cine italiano del neorrealismo: una estética basada en la profundidad de campo, en rodar al aire libre, en un uso no abusivo del montaje prefiriendo los planos secuencia largos. Por otra parte aún más clave en las obras de ficción de Herzog, emparentado con la Nouvelle Vague francesa, que a pesar de utilizar muchas de las características del neorrealismo, rompía con la estética del realismo al mezclarla con un uso del montaje novedoso, alejado de convenciones narrativas. Y sobre todo hay que sumar las influencias literarias. Signos de vida está basado en un relato romántico del s. XIX de Achim von Arnim, e inspirado en algunas escenas en la tragedia griega o El Quijote de Cervantes.

Esta mezcolanza de elementos no es estéril, Herzog las fusiona en un cine propio. Un cine peculiar y raro donde priman los personajes principales que emprenden tareas imposibles en contra de cualquier elemento social o natural. Así Herzog habla de la locura, ésta en ocasiones al borde de la genialidad, otras es un despropósito sin igual. Habla de personajes únicos al fin y al cabo: como Aguirre (un conquistador que se proclama rey); de escaladores como Reinhold Messner; de imaginativos empresarios como Fitzcarraldo o cualquiera de su extensa filmografía.

En Signos de vida, su primer personaje titánico es Stroszek, un soldado herido que es destinado a Cos, isla del Dodecaneso griego alejada de la guerra. En ese lugar Stroszek comenzará progresivamente a extrañar todo lo que le rodea, no sintiéndose cómodo en el papel que le toca jugar. Además de Stroszek hay otros personajes secundarios que sufren también una difícil adaptación por diferentes motivos, pero que en el fondo se emparentan con Stroszek, como pueden ser el rey gitano, el turco o el hombre del puerto que trabaja incansablemente en su red.

Destacar también como uno de los logros del film, el uso a la vez literal, simbólico y estético de las imágenes. Las transcripciones del griego antiguo realizadas por el soldado Becker, las trampas para cucarachas del soldado Meinhard o el burro muerto serían ejemplos de este triple significado. Imágenes-símbolo en ocasiones inaccesibles, en otras empleadas con humor absurdo, también sublimes o todo al mismo tiempo, ya que Herzog es como sus personajes, un hombre con ideas únicas, nada convencionales que emprende tareas titánicas en el cine para mostrar a los espectadores “Signos de Vida”, de unas vidas que la mayoría no conocemos.
Cthulhu
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow