Lo único que Benigni parece querer conseguir en este film es convencer al espectador de que lo ha vuelto a lograr, sin embargo, ha fracasado estrepitosamente, pues reinventa el esquema de su anterior film, pero su funcionalidad es totalmente nula. Me explico, el director de La vida es bella, conseguía allí desentrañar la sensibilidad del espectador gracias a un estupendo guión y momentos de gran cine, sin embargo aquí el guión es más bien absurdo y todo se ve relegado a los monólogos con los que el también actor intenta disponer que el público quede persuadido por una trama simple y más bien pobre, donde ni los diálogos resultan ser originales en demasia, ni se llega a comprender el porqué de determinadas situaciones.

Sin embargo, también tiene sus virtudes esta película, que prácticamente se podría decir que son las que la salvan, conteniendo un entrañable cuento al más puro estilo del realizador italiano, y haciendo de algunos instantes verdaderamente mágicos y agradables. Se podría destacar, por otro lado, la amenidad de la propuesta servida, pues su ritmo decae en pocas ocasiones, y aunque se termine aborreciendo a un personaje tan agotador como el protagonista, el trabajo en lineas generales se podría decir que entretiene sin llegar a aburrir ni dar descanso al respetable.

Por último, muchos han hablado de crítica en este film y, sinceramente, yo sigo sin vérsela por ningún lado, ni si quiera el retrato que idea el cineasta sobre lo que se viene aconteciendo en Irak me parece demasiado válido ni comprometido, sencillamente parece un mero esquema para poder desarrollar del mejor modo posible las no pocas pretensiones que tiene esta cinta. Del trabajo por parte de los intérpretes, sólo cabría destacar a un serio y desaprovechado Jean Reno, que parece ser el que mejor amueblada tiene la cabeza dentro de todo el entramado. Mientras, Benigni sólo revolotea por la narración intentando convencer, sin lograrlo en ningún momento, a los asistentes de que ha vuelto a conformar una gran obra. Y no es así señores, ni el esquema argumental funciona, ni los fallidos intentos por reabrir la brecha que dejó abierta con La vida es bella avanzan, ni nada termina de cuajar como debería en este desdeñable entretenimiento para las tardes más aburridas.