Cursilería/Grosería. Las dos caras de la misma moneda usada.
Uno realmente no sabe con qué quedarse, los dedos huéspedes, si con la estupenda supermadre o con la maravillosa hija, incluso con las fabulosas amigas, todas inteligentes y fascinantes como Melissa mismamente con tanta razón comenta o dice. Esa sororidad que arracima. Alfa, gama y beta.
Hermandad. Universidad. A la vejez, viruelas. Arqueología cuándo serás mía. Atapuerca. Jarana. Sexo. Comida. Amistad. Volver (casi) a los diecisiete. Veinte años perdidos y, de repente, recuperados de un plumazo, te pones al día. Qué desagradecido desgraciado descastado el marido. Ay, estos hombres maduros. Con ellos qué hacemos. Mejor a la basura.
Ella es encantadora, conquista a todo el mundo, los arroba, lógicamente, a la hija nuevamente, siempre, a sus colegas de estudios, claramente, a los profesores, a los maromos o chavalotes, los encoña y anonada, babean, a todo quisqui, a toda la basca, alucina, vecina, con su don de gentes, desparpajo, salero, gracia natural que dios le ha dado y le guarde, a unas tanta y a otros tan poca, ocurrencias, ingenio, honestidad a prueba de bombas, sabiduría, experiencia, da unos consejos que te mueres, inocencia, espontaneidad, naturalidad, sentido del humor, generosidad y la receta entera de la abuela buena.
Película la mar de entretenida y disfrutona y divertida para toda la parentela o familia.
Chispeante, burbujeante, con sus dosis justa de picante. Un regalito. Una joyita. Una delicia. Pizpireta. Sandunguera.