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México México · México Distrito Federal
Voto de Coleccionista Visual:
1
Comedia Un grupo de dioses griegos, Zeus, Baco, Afrodita y Hera, deciden bajar al mundo terrenal para jugar con los seres humanos. El problema fue que eligieron a México para ello. Escogieron como su centro de operaciones al Olimpo Dancing Club, un lugar en donde se divertirán como nunca; los jóvenes Pablo (Alan Estrada) y Bibi (Ana Brenda Contreras) serán sus víctimas. Los Dioses hacen que Pablo se enamore de Bibi, y que ésta a su vez se ... [+]
18 de octubre de 2008
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con frecuencia las producciones nacionales se toman como inaccesibles por sus temáticas basadas en dramas y/o tragedias difíciles de asimilar, que frenan al individuo a evadir la realidad y fortalecen en ocasiones la crudeza que contrae. Esto ocasiona que las masas eviten a toda costa comprar un boleto para una nacional y prefieran otras cintas que sí les permitirán suspender su entorno y condiciones reales, y así experimentar los estados por los cuales a fin de cuentas se paga (alegría o miedo, principalmente); una batalla que tienen ganada otros géneros como el terror, la ciencia ficción y la comedia romántica, sin dar la oportunidad a los dramas de corte social una exhibición más generalizada y relegándolos a nichos más cerrados.

Lo anterior es indiscutible y deriva diferentes perspectivas para el cine mexicano como posible industria: 1) La falta de productores y la incredulidad, al ver películas exhibidas poco más de una semana; 2) “Creativos” que prefieran películas con fórmulas de taquilla y apoyados por empresas transnacionales, con guiones suficientes para el momento (y a veces ni eso), pero intrascendentes a cualquier nivel. 3) Cineastas independientes que siguen produciendo sus ideas, que lidian contra la adversidad para que realicen sus propuestas y encuentren las salas suficientes para que la gente pueda apreciar su trabajo.

Supongo que Divina Confusión entra perfectamente en la segunda categoría, en la que es notorio su pobre argumento, incapaz de definir de manera inteligente su desarrollo y mucho menos su conclusión. Aquí todo resulta inconexo debido al paracronismo inválido, irritante y antipático, película que difícilmente encuentran una salida ante tantos disparates, empezando por los dioses griegos ubicados en el México actual, gustosos de la música tropical y de los antros, relacionados con simples mortales que viven violencia intrafamiliar, incomprensión, ruptura y a los que ellos tampoco son distantes: con un Zeus infiel o una Hera en constante Neurosis. Con esta pequeña lista solo queda expresar la siguiente pregunta: ¿A quién se le ocurrió hacer una mezcla de lo anterior en un proyecto cinematográfico? o peor aun ¿llevarlo a la pantalla grande?

Las flechas de su imprudente cupido no solo alcanzan a los personajes, sino también a los creativos empeñados en hacer adaptaciones ilógicas y auspiciarse bajo el género de la comedia. En entrevista Salvador Garcini, mencionaba la posibilidad de reírse hasta de lo más solemne y aseguraba que los dioses griegos no eran la excepción y que su filme era esa oportunidad, con “humor fino” lograba reflexión y entretenimiento, lo cual no se pone en duda, sin embargo nada en su producto tiene un sustento valido. Por otra parte me resulta extraña la participación de algunos actores de trayectoria firme en cine y su disposición (Diana Bracho y Pedro Armendáriz), supongo que ante el flechazo sufrieron una confusión y jamás imaginaron un resultado tan desastroso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Coleccionista Visual
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