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España España · Valencia
Voto de almarsn1:
1
Romance. Comedia Olivia Romero tiene 22 años, trabaja en una perfumería y no sabe exactamente qué hacer con su vida. Sólo sabe que está enamorada del popular actor argentino Eric Soto, una estrella acostumbrada a una vida de lujo donde las apariencias son lo más importante. Pero algo le llama la atención cuando se cruza con Oli, que posee una espontaneidad a la que él no está acostumbrado. (FILMAFFINITY)
26 de julio de 2015
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
De vez en cuando hay películas que ves que llegan a festivales de cine, y no entiendes porqué. Una comedia romántica aceptada en Málaga. Los presagios son malos, pero al ser aceptada en este festival se cree que tal vez es algo diferente, y así nació Cómo Sobrevivir a una Despedida, uno de los trabajos que no se sabe muy bien a qué se debe su aparición en tierras andaluzas. Otra de las comedias románticas llevadas a Málaga, afortunadamente fuera de concurso, fue Sólo Química. Tras unos meses de la primera exhibición por fin se estrena para el público general, y el resultado no puede ser más grotesco y dañino hacia el espectador. La única química de la película hace referencia a lo que debemos ingerir para poder verla. El resultado no sorprende a nadie, y más viniendo de Alfonso Albacete, cuyo último trabajo fue Mentiras y Gordas, un absoluto insulto a cualquier persona con medio dedo de frente, y que encima trataba de ir de culta cuando no deja de ser un documental de puticlubs durante hora y media. En Sólo Química recupera lo peor de este trabajo, aunque en comparación con ese bochorno queda hasta bien.

Oli (Ana Fernández) es una joven de 22 años que trabaja en una tienda de cosméticos. Ella no sabe qué hacer con su vida, solamente es fan de un actor argentino llamado Eric Soto (Rodrigo Guirao), del cual vive enamorada. De la noche a la mañana ambos viven una historia de amor, donde en medio siempre estará Carlos (Alejo Sauras), el compañero de piso de Oli. Un argumento habitual para cualquier comedia romántica, sin ninguna floritura ni alejamiento de los tópicos más inculcados en la sociedad, lo cual habrá pensado el director que es un disparate, mejor mantener el nivel pésimo durante lo largo del metraje. El guion es lo más bochornoso de los últimos meses, sin coherencia en ninguna escena y con una brusquedad importante. De la noche a la mañana acaban los dos protagonistas juntos, sin medir tiempos, enseñarnos como se enamoran, un paso previo hacia la relación… NADA. Vivimos en un cuento de hadas y hay que creérselo, pues nada, traguemos. La incongruencia también posee una gran importancia, pues se supone que Eric es un actor reconocido “mundialmente”, sin embargo va a promocionarse a…. una tienda de cosméticos cualquiera. ¿Quién no ha visto a Mario Casas en Cosméticos Loli? o bien, ¿quién no ha visto a Blanca Suárez en Perfumerías Paqui? Y eso solo es el principio, pues el hecho de que “alguien” se cuele en una propiedad privada a hacer de paparazzi o el despedir al actor de moda de la serie de moda tampoco es que sea algo habitual en ninguna parte del mundo.

El vacío es la característica de Sólo Química. Diría que incluso es a donde quieres tirarte al llevar en torno a la hora de metraje, donde ya has adivinado completamente el final (los tres o cuatro que tiene, por si acaso no te gusta alguno) y dejan todo cerrado para las mentes más débiles, y atufan a simpleza al resto de personas. Falla absolutamente todo, pocas películas he visto con tan poco atino, aciertan menos que Tyrion Lannister haciendo mates. Las escenas del actor argentino son calcadas a los anuncios de Eau de Rochas, U de Adolfo Domínguez o los calzoncillos de Cristiano Ronaldo. Un despliegue de fuegos artificiales, remarcando las zonas más musculosas de éste y deteniéndose en la parte media del cuerpo donde reside el miembro que tanto busca Oli, la cual posee una libido que se la está comiendo y aprovecha cualquier momento para buscar esa parte de su querido Eric, el cual se nota que no padece de priapismo.

Un paupérrimo trabajo del cual hay que extraer los buenos momentos interpretados por María Esteve, la única que te saca alguna carcajada gracias a la caracterización de su personaje, y el combinado musical donde predomina Fangoria. El resto rezuma un olor a Grey destacado, aunque al final acabará por ser desechado como si de un vampiro de Crepúsculo se tratase. Eso sí, no esperéis entender el porqué, Oli es así, tan así que no es de ninguna manera. Pero lo que más rabia da no es que no haya ni actuaciones ni guión ni entretenimiento ni nada, lo que más rabia da es: ¿Dónde están las malditas tetas? ¿Ya se ha perdido el estigma español de meter tetas con calzador en todo trabajo? Con lo que nos alegrábamos algunos…

(Léase en Mundo Crítica www.mundocritica.com)
almarsn1
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