Una película genial en todos los aspectos analizables. En el aspecto gráfico, probablemente sea lo mejor que el anime ha producido. Los diálogos son profundos y filosóficos, rehuyendo de la tradicional moralina superficial para quinceañeros que han leido un par de libros de Nietzsche que rezuman otras obras del género así como de excesivamente complejas divagaciones que convierten la película en incomprensible, para adentrarse en una complicada pero comprensible reflexión sobre lo que nos hace humanos. ¿Acaso esos cerebros cibernéticos que se implantan los protagonistas son diferentes a los cerebros robóticos de las máquinas inteligentes? En esta obra maestra nos hablan de la diferencia del espíritu, del alma humana y de como incluso eso está al alcance de determinadas entidades cibernéticas no humanas.
En resumen y en una palabra, brillante.
spoiler:
Así como todo el largometraje trata de la idea central del "espíritu" y de la diferencia que este supone entre máquinas y humanos, y de como la linea se ha difuminado lo máximo posible, el final supone la ruptura total de esa línea. El titiritero es un ente artificial pero con algo que si no es un espíritu, es absolutamente indistinguible de este. Tanto es así que acaba fusionando su propia individualidad con la de la Major Kusanagi, en un plano de igualdad entre algo similar a un virus informático y un alma humana.