Estupendo western australiano de impecable factura y decente guión que sabe cómo entretener e impactar (ese momento cuasi vampírico...) a su audiencia, creando rápidamente un interés en la misma por saber lo que será de los personajes. De su rigor histórico no hablaré, porque no conozco el personaje de Ned Kelly en profundidad. Pero lo que sí está claro es que la película resulta una excelente opción para entretenerse y su visionado es más que recomendable.
Podría pasarme horas alabando la excelsa música de Klaus Badelt, o la bellísima puesta en escena de Gregor Jordan, o la alegría que se siente al comprobar que Orlando Bloom sí sabe actuar bien cuando se lo propone (es su mejor interpretación), pero lo más admirable de la película es su premeditada neutralidad a la hora de hacer justicia a una figura tan controvertida como la de Kelly. Sin entrar en la dicotomía del héroe o el villano, el personaje al que da vida (a veces correctamente y a veces pésimamente) Heath Ledger no cae mal al espectador (más bien al contrario), pero no deja de ser curiosa la ironía clarísima con que se contempla la manera de engatusar a la gente que tenían los miembros del "Kelly gang".
En definitiva, una cinta agradable de ver, que da mucho más de lo que promete y que impacta visualemnte hablando.

Lo mejor: La fotografía, la puesta en escena de Gregor Jordan y la música de Klaus Badelt.
Lo peor: El personaje de Naomi Watts es un florero absoluto y no hace absolutamente nada en la historia, así como el de Rush disfruta de demasiados pocos minutos en pantalla como para que el actor nos deslumbre con su maestría. Y Heath Ledger falla demasiado en las escenas dramáticas.