Modesto film que tiene como mejor bagaje el ser positiva al mostrar parte de la biografía de un alcaide de, nada menos, el penal de San Quintín, un hombre recto, siempre dispuesto a hacer lo posible para tratar a los internos como seres humanos, con todos sus derechos, y no como animales.
El resto es muy convencional, sin imaginación ni nada realmente especial en la puesta en escena, pero con la grata presencia de agradables intérpretes como la bellísima Joanne Dru y/o el gran George MacCready, este en un corto pero jugoso papel.
Quizás demasiado light, se sigue sin problemas por su narración clara clásica, con normalitos diálogos y situaciones algo planas.
Pero su corta duración, no llega a los ochenta minutos, la hace más digerible, aunque olvidable.

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