Realmente he tenido que ver esta película 5 o 6 veces hasta llegar a apreciar todas sus virtudes, que no son pocas. He de reconocer que la primera vez que la ví, no me gusto demasiado, ya que me esperaba otra cosa. Las películas de gansters de Scorsese, uno de mis 3 directores favoritos (sino el favorito), habían dejado el listón muy alto, habían hecho historia y esta película es difícil de digerir. Ya sea por su largo metraje (y eso que el montaje original es de más de 4 horas) o por los prejuicios que pueden despertar algunos miembros del reparto.

Estamos ante una historia apasionante llena de historia, personajes atractivos narrativamente hablando, reflexiones y mucha profundidad. Es una película grandiosa en todos sus aspectos, ya que el director se esfuerza precisamente en eso, en que todo sea grandioso. Una realización de film de época, una fotografía con una paleta de colores extremista, una música bordeando lo épico y una historia muy pasional y llena de emoción.

Scorsese es un cineasta que se siente profundamente norteamericano y esta película es la máxima expresión de ello. Retrata la sangrienta historia de América, una América de la que se siente orgulloso y patriota pero que también tiene aspectos vergonzantes que se muestran en pantalla con toda su crudeza. El odio racial, la corrupción, la desmotivación popular, la forma de exprimir a sus ciudadanos del gobierno de turno, las ilusiones truncadas de los extranjeros enseguida reclutados por el ejército. Son temas que pertenecen a aquella época pero que Scorsese ha tenido la habilidad de empalmar con la situación actual (en el ultimo plano de la película, un encadenado maravilloso de cómo era New York, y por extensión América, y como es hoy) alargando la critica o el elogio de aquella sociedad a la nuestra.

Cada plano es más espectacular que el anterior, más profundo que el siguiente. Eso debería ser un defecto en el 90 % de los casos pero aquí está el director de Goodfellas y eso se nota. Una radiografía perfecta de lo que es dirigir una película lo encontramos aquí, donde desborda habilidad, agilidad en su sentido del ritmo (como en casi todas sus películas salvando Al limite, quizá) y sobre todo entusiasmo. Un entusiasmo que nos contagia con esa fuerza de la que impregna a cada imagen.

En el reparto destaca Day- Lewis, perfecto como siempre, en la que puede que sea su mejor actuación junto a Mi pie izquierdo. Un Di Caprio que empezaba a llamar a la puerta de los más grandes y una Cameron Díaz que por lo menos no desentona.


Se le critica su falta de escrúpulos y su dureza pero aquí se siente que son necesarios. No ahí ni una sola gota de sangre que no merezca estar en el film, ya que, como reza el cartel promocional del film, América se forjó en las calles. Y eso hay que mostrarlo. La cuarta gran película de Martin Scorsese, tras Taxi driver, Uno de los nuestros y toro salvaje.