Jean-Jacques Vierne ha intentado llevar a la gran pantalla uno de los personajes ficticios más aclamados en Francia y en el resto del mundo, Tintin, pero por desgracia, y aunque ha tenido buenas intenciones, no ha contado con algunos elementos que le podrían haber hecho conseguir la notoriedad.

Sí hablamos de lo bueno, me quedo con las caracterizaciones de los personajes, magníficas, con gran detallismo no solo en Tintin, sino en el resto de los personajes, aunque también ha contado con el saber escoger a los actores que les darían vida, que aparte de actuar bien, han ayudado por su físico a esas caracterizaciones.

Lo malo de todo, es el guión, flojo, medianamente aceptable, pero insuficiente para este tipo de películas, donde hay que impresionar, y es que sí recordamos bien, Tintin es un aventurero por antonomasia, por lo tanto la acción, el misterio y las aventuras tienen que ser, aparte de lo más reales posible, lo más atrayentes y enérgicas, donde no se de pausa para el hastío. Por desgracia, la trama principal, no llega a enganchar, aunque es interesante, el desarrollo de la misma se hace sosegada, sin entusiasmo, donde los momentos enérgicos y de acción, son solo intentos burdos de parecerse a la realidad, y junto a los pocos momentos donde se hace comprensible el misterio, se vuelven en previsiones ya lógicas, y para nada impactantes.

En fin, podría haber sido mucho mejor, una pena.