27 de octubre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el amor, en la literatura, en el cine, siempre he sentido debilidad por los perdedores. Es curioso que muchos de los perdedores más representativos del cine americano los haya interpretado Paul Newman, imagen de triunfador en su vida real, ejemplo de éxito para la sociedad estadounidense. El explosivo Ben Quick condenado a huir de todas partes en El largo y cálido verano, el rebelde y tozudo Luke de La leyenda del indomable, el desconcertado alcohólico de La gata sobre el tejado de zinc caliente...
Pero si tuviera que elegir uno entre todos me quedaría sin dudarlo con Eddie Felson en El buscavidas, talento de ganador, talante de perdedor, que busca excusas para perder y poder compadecerse de sí mismo porque sabe que ganar puede convertirse en una pesada carga.
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