El personaje de Robin Hood apareció por primera vez en la gran pantalla en 1908 en la época del cine mudo. Desde entonces se han realizado -y se siguen realizando- versiones del famoso héroe del folclore popular británico. En cada década siempre hubo una o más películas de Robin Hood asi que sólo era cuestión de tiempo que la famosa productora británica Hammer hiciera su versión y que además la hiciese coincidir con el hecho de ser su primera producción en color. Para la dirección se escogió a Val Guest, en su segundo trabajo de otros muchos que realizaría para la productora.
El guión fue escrito por Allan MacKinnon y lo que llama la atención es que aquí no aparecen ni el Sheriff de Nottingham ni Lady Marian. Hammer quiso hacer un Robin Hood ligeramente diferente, en el que predomina el humor, la diversión y el colorido de trajes y decorados; todo ello pensado para atraer a los cines a un público más joven.

Don Taylor da vida a un Robin Hood bastante ligero y divertido que está claramente influenciado por la maravillosa e inimitable recreación que Errol Flyn hizo del héroe en "The Adventures of Robin Hood" (1938). Más conseguido está el personaje del fraile Tuck ( Reginald Beckwith) al que le gusta comer, beber y jugar ("inventa" la ruleta, el póquer y otros juegos de azar y los practica con mucho éxito).
Todos los personajes están siempre sonriendo y de buen humor (excepto el malo), incluso en las situaciones más difíciles, lo que a veces resulta un poco extraño y que seguramente tiene que ver con la ya comentada intención de la Hammer de intentar atraer a un público infantil.