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Portugal Portugal · Vigo
Voto de Pas:
10
Comedia. Acción Kid y Ben, amigos pero rivales, participan en una carrera de coches cuyo premio es un estupendo "dune-buggy", un minibólido rojo con capota amarilla. Después de innumerables peripecias, Kid y Ben llegan juntos a la meta, por lo que el minibólido les pertenece a los dos. Kid propone que se lo jueguen a "cervezas y salchichas".
22 de setiembre de 2006
162 de 184 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es 1974, el franquismo se encuentra en sus últimos estertores y Bud Spencer y Terence Hill ruedan en Madrid su obra maestra.

Objetivamente hablando, esta película es un maravilloso compendio de géneros comprimidos en uno solo: La comedia sobre la naturaleza humana.
La naturaleza humana es competitiva: El comienzo, con la carrera de coches, es la muestra de ello.
La naturaleza humana se distingue de la animal por la resolución inteligente de problemas: El buggy, que es de los dos por haber llegado empatados, se lo juegan de la única forma posible: Salchicha y cerveza.
La naturaleza humana improvisa: ¿Qué pasa si no se repara un daño causado? en la lógica de Bud y Terence no se contemplaba la posibilidad de que una afrenta no sea reparada, así que si no es así pues... se enfadan.
Y podría seguir analizando a la Naturaleza humana a través de esta película, pero me voy a ceñir, a continuación, a aspectos meramente cinematográficos.

La pareja protagonista se rodea de un elenco de secundarios de lujo, con Emilio Laguna, el "Matías" de Médico de Familia a la cabeza y Donald Pleasance, un actor que solo trabaja con los grandes: John Sturges, Don Siegel, Roman Polanski, Tony Richardson, John Carpenter, Elia Kazan... (aunque su papel en "Y si no,..." como asesor del jefe mafioso es el mejor de su carrera) . Es este el mejor reparto que van a encontrar en su fecunda filmografía Bud y Terence.

Hasta las situaciones de mayor tensión y desasosiego, como la escena del coro, son rodadas de tal forma que no se pierde ni un ápice de intriga ni de comicidad.

Las mejores escenas de pelea de Bud y Terence, por las que son eternamente recordados, hallan en esta joya su mayor cota de barroquismo y genialidad. Tanto la del gimnasio como la de los globos (con guiños a los Hermanos Marx) son sublimes en su puesta en escena, su ritmo endiablado y su adecuada duración.

Por tanto, este largometraje es una oda a la amistad, con abundantes descargas de violencia dentro de su lirismo y ternura. Algo de lo que sin duda tomaría buena nota Takeshi Kitano en películas como Sonatine o Hana-Bi, que no llegan a superar a esta Película con mayúsculas, aunque sí se le acercan bastante.

Imprescindible.
Pas
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