Esta película es realmente buena. Nos hace sumergirnos en el ambiente de la obra de Shakespeare desde las primeras secuencias: los actores recrean la trama de la famosa tragedia de una manera muy original, en la que el espectador puede apreciar varios niveles de situaciones (entre ellas, la probable homofobia del mundo militar). Es un acierto volver de ese modo al siglo XVII, cuando los papeles femeninos de las obras de Shakespeare eran representados por hombres. La elección musical es sumamente acertada y los dos protagonistas muestran gran química y saber hacer en la pantalla. Su declamación es perfecta. A través de la lectura y el ensayo de Romeo y Julieta se plantea con acierto cómo todos los personajes se van metiendo en los papeles, aunque algunos puedan apropiarse de más de uno (es interesante ese cambio de roles que realiza el personaje que actúa de Mercucio). Si es difícil llevar hoy en día esta obra de Shakespeare sin caer en sentimentalismos ni en modernizar su lenguaje, esta película lo ha conseguido, añadiendo grandes dosis de belleza (y, de paso, de delicadeza en el tratamiento del argumento).