Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Vivoleyendo:
7
Drama. Romance Año 1866. Livia, una bella dama de una aristocrática familia italiana, vive un intenso romance con el teniente Franz Mahler, un oficial del ejército austriaco, en plena guerra de independencia italiana frente a Austria. (FILMAFFINITY)
17 de setiembre de 2010
25 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El aristocrático Luchino Visconti dirigió a la no menos aristocrática actriz Alida Valli, nombre artístico de la baronesa de Markenstein Frauenberg.
Como interludio entre sus espléndidas incursiones en el reputado género neorrealista (magnífica dirección de obras como “La tierra tiembla” o “Bellísima”), el conde de Lonate Pozzolo giró hacia los ambientes en los que había nacido. Si algo hace especial a Visconti, entre otras cosas, es su lucidez para captar y mimetizarse con diferentes y muy dispares realidades sociales y políticas que acontecieron en su país. Como descendiente de sangre noble, entendía y tal vez compartía las tribulaciones de aquellas dinastías de elevado linaje cuyo prestigio y poder fue derribado por las luchas unionistas de los revolucionarios, encabezados por Garibaldi, que reivindicaban la unificación de la desmembrada Italia. La caída de aquel preeminente, intocable y hermético círculo de sangre azul quedaría bien reflejada en la nostálgica “El gatopardo”, en sus formatos de novela (la única de Giuseppe Tomasi di Lampedusa), y la película de Visconti. Pero el realizador igualmente se metía en la piel del sector radicalmente opuesto, el pueblo llano. Nada más puramente representante de la población de a pie que sus actores no profesionales, o que su musa Anna Magnani. Curioso el extremo contraste entre la vecina de barrio del montón que la magnífica Magnani representó en “Bellísima”, y la refinada condesa trentina a la que Alida Valli daría vida tres años después en “Senso”.
En este drama de época, Visconti tantearía el tema de la unificación nacional como fondo de un trágico romance entre una condesa italiana y un soldado de la ocupación austríaca. Al principio, ella defiende la causa revolucionaria, la expulsión de los invasores y la independencia, pero se enamora de un joven militar austríaco y a partir de entonces todo queda en un segundo plano, muy lejos de lo que la lleva en volandas, que es su amor secreto. Muchos obstáculos están en contra: ella está casada, y él es del bando enemigo.
La trama, vista desde la pasión de la dama, toca unos momentos candentes en la historia italiana, una época revuelta de inminentes cambios en la que el Antiguo Régimen tocaba a su fin, pero esboza además otras cuestiones, como los matrimonios de conveniencia en las clases altas que conducían a la insatisfacción y el adulterio, la ceguera del amor que se presenta en una mujer tras el hambre de una sequía interminable, el engaño y la maldad, pero sobre todo, que un minuto de pasión manda al diablo ideales, política, país, estúpida y maldita guerra, marido y la madre que los parió. Que le pongan a la fogosa condesa un mozo bien plantado que le dé un buen revolcón, y ya sabemos dónde van a parar la prudencia, la honra, la posición y todas las aburridas prevenciones que resguardan la virtud de una dama.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vivoleyendo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow