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Voto de SoldieRyan:
8
3 de junio de 2016
38 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues si, es una película bonita. Se te salta la lágrima en varias partes, y eso es lo mejor que se puede decir de la película, no necesita más.
Basada en una historia real, la película narra la vida de Eddie Edwards y como éste, a pesar de no dar la talla para el salto de esquí olímpico, decide presentarse a unas olimpiadas como único representante británico en esta especialidad. Los actores Taron Egerton y Hugh Jackman están muy creíbles ambos. Me encantó la caracterización de Egerton para el papel y el carisma de Jackman que no necesita más que una "chaqueta" y unas gafas de sol.
Te emocionas porqué empatizas con el personaje, es humano, no es perfecto y las ganas y el empeño que le echa para cumplir su sueño, como sigue a pesar de todas sus adversidades, te toca la fibra. Es una película sencilla, sin grandes alardes ni un guión ingenioso, pero es como la vida misma, con algún adorno más. Acabas de verla y aplaudes, porque los logros de Eddie son los tuyos, porque todos somos un poco Eddie.
Que no te importe lo que piensen de ti mientras seas tú mismo y sepas lo que quieres, ese es el mensaje que destila la película. La música perfectamente ochentera y cañer, las escenas de salto son espectaculares en el cine, quedan de maravilla esos imponentes trampolines, parecen terribles y maravillosos a la vez.
En serio, no pude contener las lágrimas en más de una ocasión, y ya en el tramo final, es un derroche de uso de kleenex. Si te apetece que te toquen la fibra un poco, esta es tu película. La nota está un poco inflada por como me hizo sentir al acabar, soy consciente de que no es una maravilla técnica y que los efectos especiales en las caídas especialmente, cantaban un poco, pero oye, nadie le pide que sea perfecta, si no que emocione, que al fin y al cabo estas películas de superación personal van de eso.
Basada en una historia real, la película narra la vida de Eddie Edwards y como éste, a pesar de no dar la talla para el salto de esquí olímpico, decide presentarse a unas olimpiadas como único representante británico en esta especialidad. Los actores Taron Egerton y Hugh Jackman están muy creíbles ambos. Me encantó la caracterización de Egerton para el papel y el carisma de Jackman que no necesita más que una "chaqueta" y unas gafas de sol.
Te emocionas porqué empatizas con el personaje, es humano, no es perfecto y las ganas y el empeño que le echa para cumplir su sueño, como sigue a pesar de todas sus adversidades, te toca la fibra. Es una película sencilla, sin grandes alardes ni un guión ingenioso, pero es como la vida misma, con algún adorno más. Acabas de verla y aplaudes, porque los logros de Eddie son los tuyos, porque todos somos un poco Eddie.
Que no te importe lo que piensen de ti mientras seas tú mismo y sepas lo que quieres, ese es el mensaje que destila la película. La música perfectamente ochentera y cañer, las escenas de salto son espectaculares en el cine, quedan de maravilla esos imponentes trampolines, parecen terribles y maravillosos a la vez.
En serio, no pude contener las lágrimas en más de una ocasión, y ya en el tramo final, es un derroche de uso de kleenex. Si te apetece que te toquen la fibra un poco, esta es tu película. La nota está un poco inflada por como me hizo sentir al acabar, soy consciente de que no es una maravilla técnica y que los efectos especiales en las caídas especialmente, cantaban un poco, pero oye, nadie le pide que sea perfecta, si no que emocione, que al fin y al cabo estas películas de superación personal van de eso.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La conversación que tiene en el ascensor con el saltador finlandés es maravillosa. Como se desmontan los prejuicios que uno se puede formar sobre los iconos de cualquier deporte o actividad, al final todos somos más parecidos de lo que creemos.