Una thriller psicológico de culto basado en un ingenioso guión, sólidas actuaciones y un desenlace impactante. La escena del ahogado con sus ojos blanquecinos es inolvidable por su fuerte contenido visual. Es una película que, de tan bien narrada, no desentonaría dentro de la filmografía de Hitchcock.

Un matrimonio perfecto se transforma en una lucha sin cuartel por quedarse con la casa tras el proceso de divorcio. La película es atrapante, apoyada en el humor negro del guión y en la calidad de los actores. Se destaca Kathleen Turner en el papel de Barbara Rose, mostrándose despiadada y sexy al mismo tiempo.

Dos historias cruzadas en la trama y paralelas en la narración: en una Amy Adams vive acongojada por sus propia existencia, la aparición de un exmarido y los sobresaltos que le provoca la lectura de la novela que éste escribió; en la otra, una rodiemovie de ultraviolencia desmedida, que decanta en un policial en el cual la venganza pasa a ser el motor de la trama. Ningún actor llega a lucirse por lo forzado del guion, lo que dificulta darle profundidad a los personajes. Hay dos o tres situaciones que generan sobresaltos pero son frutos de golpes de efectos básicos del director. La dirección de Tom Ford es correcta.

Tras los atentados del 11-S, un heroico grupo de miliares norteamericanos toma la iniciativa de responder al ataque a los talibanes en Afganistán en una misión de alto riesgo. Si bien las escenas de acción son interesantes, los paisajes estimulantes y las actuaciones son buenas, la película cae en todos los clichés del cine bélico estadounidense: los afganos son irracionales y malvados y son masacrados a mansalva por los soldados americanos (los que nunca resultan muertos ni tienen que recargar sus fusiles). Una pena, ya que con un mejor guión podría haber llegado a ser un gran film de guerra.

Atrapante thriller en el cual el protagonista, un profesor de Historia interpretado por Jeff Bridges, es arrastrado a ser un eslabón de una organización terrorista. Lo interesante del argumento es que el protagonista sospecha en todo momento de los terroristas, y si bien intenta ponerlos al descubierto, no puede hacerlo debido a interesantes giros en la trama que mantienen en vilo al espectador. Por otra parte, la película aporta una forma de ver el fenómeno del terrorismo sin caer en los lugares comunes de fundamentalistas islámicos con cara de malvados.