En primer lugar, decir que en el tema estético y visual la película es alucinante. Ciudades sobre ruedas, fortalezas flotantes y hasta un barco chino tipo Junco volador, con un estilo 'steampunk' que encaja a la perfección. Mi problema viene con el guión. Los personajes no presentan ningún recorrido, cuesta empatizar con ellos, cuesta entender cuales son las motivaciones. A lo largo de las 2 horas y pico de película no consigues sentirte atraído por la historia, que acaba en una histeria carente de sentido al estilo de la invasión de Hoth, solo que en vez de AT-AT's tenemos un Londres sobre ruedas.

El documental es realmente bonito. La única pega es que quizás es un poco monótono. Son muchas historias de gatos que no difieren demasiado unas de otras.
Aún así, muy recomendable.

De sobra conocemos la tendencia de las películas de superhéroes para vulnerar sistemáticamente las leyes más elementales de la física. Esto, en no pocas ocasiones, permiten al físico regodearse en su impostada superioridad. Sus pobres colegas deben aguantar quejas y matizaciones de cualquier nimio fallo, a sus ojos imperdonable. Hasta ahora, toleraba este tipo de imposibilidades, pero estamos llegando a unos niveles inaceptables.

Ahora resulta que lo cuántico es un señor que lee la mente, un extraterrestre con forma de acelga y rayos energéticos de colores. No tengo problema con todas estas cosas, pero, ¿Por qué lo tienen que llamar cuántico? En este supuesto mundo cuántico no se respetan principios tan básicos como la conservación de la energía o la conservación del momento, y cualquier cosa vale con la escusa de que "es cuántico". En fin, si por lo menos la trama fuese atractiva, aún, pero encima el síntoma predominante es el bostezo.

Solo pido que por favor respeten un poquito la física.