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Voto de Chagolate con churros:
8
Cine negro. Thriller. Intriga. Drama En un momento crucial de su vida financiera, Gondo (Toshirô Mifune), un directivo de una importante empresa de zapatos, recibe la noticia de que su hijo ha sido secuestrado. El rescate exigido es una gran cantidad de dinero, pero Gondo la necesita para cerrar una negociación que le dará el control de la empresa. (FILMAFFINITY)
7 de mayo de 2007
144 de 157 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kurosawa filmó quizás, una de las mejores tramas en la historia del cine. No es habitual, en el cine oriental de entonces, el ritmo que Kurosawa imprime a la primera parte de la historia. Esto, junto que un nudo argumentativo que exprime al máximo las emociones del espectador, hace de la primera hora y pico, uno de los mayores espectáculos audiovisuales de la historia. Toshiro Mifune interpreta aquí su mejor papel. Y es algo muy complicado de decir de un hombre que ha interpretado con maestría al mejor mercenario de la historia en “Yojimbo” (1961) o en “Sanjuro” (1962), ambas de Akira Kurosawa. Pero el chofer no llega a ser convincente y sus lamentos llegarán a producir antipatía.
Gran fotografía de uno de los directores que mejor supo trabajar el blanco y negro, y que en esta cinta, penúltima en blanco y negro de Kurosawa, coquetea con un humo rosa preludio del color que llegaba.
Es una pena que Kurosawa no pudiera mantener el ritmo en toda la cinta. La búsqueda criminal no llega a la altura emocional del principio y la tensión baja. De todas formas, incluso en esta parte, Kurosawa sabe sacarse de la manga, alguna escena que te clavan en pantalla (como en la que el chofer acompaña a su hijo en el coche mientras intenta recordar) ayudado por unos efectos sonoros que Hitchcock patento para la historia del celuloide.
Akira Kurosawa no sólo filmó la historia de un secuestro. Filmó un cambio histórico que Japón estaba experimentando cuando fueron recuperándose de la guerra. Kurosawa observó como iban acercándose los males de una sociedad de consumo y supo plasmarlos en esta cinta de una forma magistral. “Esa casa nos mira” y su poder, crea un infierno de odio y envidia que nos envuelve hasta inundarnos en la desesperación.
Chagolate con churros
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