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Voto de Chagolate con churros:
6
Drama Un arquitecto norteamericano llega a Roma, acompañado de su esposa, con motivo de una exposición dedicada al artista francés del sigo XVIII Étienne-Louise Boullée. El arquitecto, a lo largo del tiempo, se obsesiona con unos tremendos dolores de estómago, convencido de que está relacionado con que su mujer está teniendo una aventura con otro colega italiano. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2010
27 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si decía que el trasfondo en “El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante” (Ídem, 1989) era la crítica a las clases sociales burguesas, en esta anterior propuesta de su autor, el mensaje que pretende transmitir es la crítica al sistema capitalista. Ya desde su inicio, Greenaway juega con un billete de una libra con la imagen de Newton. Esta puede ser la propuesta, donde continente y contenido están más equilibrados. Aunque los mensajes del director nunca son excesivamente evidentes, con esta propuesta se aprecia una clara vinculación catastrófica entre el arte (arquitectura o cine) y el dinero. Para Greenaway, el arte, a día de hoy, no deja de ser una mera mercancía al capricho de personajes impúdicos: Kracklite (Brian Dennehy ) no puede evitar, que sus socios italianos roben el dinero de su exposición de Boullée para financiar un mausoleo a Mussolini (como no, el director busca en el fascismo el mal mayor).


Por supuesto, el director mantiene en la trama todas sus manías: el adulterio, la comida, los desnudos, las conspiraciones, el voyeurismo, la muerte, las matemáticas y el sexo. Y mantiene una apuesta por los planos fijos en su mayoría alegóricos y con color; logrando una gran composición estética y equilibrada.

De nuevo Greenaway, consigue momentos de gran intensidad, puntuales, como siempre, pero de verdadero regocijo: como el travelling en el estudio fotográfico sobre las fotografías de la estancia en Roma de su protagonista o el desenlace final como fin del viaje al Infierno. Y esto unido a ciertos toques curiosos como las fotocopias de las barrigas (algo que llega a ser reiterativo y que con ello pierde validez), los planos generales de una Roma fastuosa y la impresionante partitura de piano permiten crear la obra más “austera” del director. Un oxímoron si hablamos de Greenaway.
Chagolate con churros
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