La palabra secuela aplicada al mundo del cine ya da miedo sólo de oirla. Aunque hay excepciones, normalmente estas segundas partes son totalmente innecesarias y buscan obtener réditos del filón comercial de las primeras partes.

Visto así, aunque deleznables tienen su sentido, porque no hay que engañarse, las productoras no son ONG'S, son máquinas de hacer dinero y como tales, han de aprovechar al máximo todos los recursos posibles.

Lo que ya no se entiende es que aparezca una segunda parte de un film mediocre y que encima paso sin pena ni gloria por el box office. Esto, aunque no lo parezca, le da una dimensión positiva a la película, ya que se sabe que con toda probabilidad será un bodrio monumental.

Y así entre sustillos de medio pelo, actores nefastos y ruidos varios encontramos un argumento absolutamente descabellado, que mezcla de forma chapucera varios tópicos de los filmes paranormales para conformar un producto triste, rutinario y absolutamente prescindible. Aunque no nos puede extrañar, sólo hay que echar una ojeadita a la filmografía del señor Lussier para entender a que nos enfrentamos.

Lo mejor: No engaña ni decepciona a nadie.
Lo peor: Que ya que se hacen estos films que se estrenen directamente en dvd y no intoxiquen las salas.