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España España · Málaga
Voto de Isildur:
9
Comedia. Fantástico. Animación La cinta consta de tres partes. "Desayuno": después de desayunar, un hombre se transforma en un proveedor de alimentos y lo mismo le ocurre al hombre a quien sirve el desayuno. "Almuerzo": al no conseguir captar la atención del camarero, dos comensales se dedican a comer todo lo que tienen a su alcance. "Cena": imágenes de diversas comidas compuestas de órganos humanos. (FILMAFFINITY)
24 de septiembre de 2013
19 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
La comida, esa mezcla de hierbajos y animales muertos que necesitamos ingerir para sobrevivir, pocas veces ha tenido en el cine un homenaje tan bizarro como el que nos presenta Jan Svankmajer en su último corto antes de dedicarse a la producción de largometrajes.

Para quien no lo conozca, Jan Svankmajer es un polifacético artista surrealista checo con una extensa carrera en el mundo del cine. Desde los años 60 lleva insuflando vida mediante la técnica de stop-motion a objetos cotidianos, muñecos, arcilla, recortes o alimentos crudos, que acompañados de sonidos caricaturescos otorgan a la obra una atmósfera de pesadilla donde también caben el humor negro, la crítica social y la reflexión. Y Comida es un buen ejemplo de todo ello.

En este corto, más que, como decíamos arriba, homenajear la comida, que la gente come, el genio checo habla más bien sobre la gente, que come comida. Porque, más que cine de animación, Jan Svankmajer hace antropología social en stop-motion. Y en Comida, tríptico donde somos invitados a las tres comidas más importantes del día (Desayuno, Almuerzo y Cena), el checo hace hincapié en el hecho de comer como acto social del ser humano. Para remarcar esa idea no utiliza muñecas ni arcilla (que también) para su inconfundible stop-motion, sino a personas de carne y hueso (elementos que, por separado, han protagonizado otras obras suyas). Siguiendo esta línea, podríamos interpretar Almuerzo, por ejemplo, como la contraposición entre nuestra actitud ante un almuerzo diario, informal, a uno de gala, con sus formalidades… Pero si nos quedamos con esto no llegamos ni a roer las aceitunillas de los entrantes, o lo que es lo mismo, os estoy diciendo chóped cuando en realidad tenemos jamón serrano. Svankmajer disfraza de comida toda una sátira política, que se hace más evidente en este segundo acto donde se da lugar a un enfrentamiento entre la clase alta y la clase baja, y, como comprobaréis, su visión no es precisamente optimista. Aun así, el humor negro ronda por todo el metraje suscitando una sonrisa en los momentos más inesperados.

Que no os asuste su duración, Svankmajer es un maestro de la intriga en metraje reducido, y la fascinación y curiosidad que producen sus imágenes surrealistas te mantienen atento hasta los postres. Porque, sin duda, Comida es un plato exquisito para los paladares cinéfilos, así que: ¡que aproveche! O en checo mejor: Dobrou chut’!
Isildur
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