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España España · Valladolid
Voto de BGIL77:
10
Cine negro Años veinte. Dashiell Hammett es requerido por Jimmy Ryan, su antiguo jefe. El caso que le encarga parece fácil: encontrar a una prostituta asiática que lo está chantajeando, pero cuando Hammett llega a San Francisco las cosas empezarán a tomar un cariz más complicado. (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2007
36 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los no iniciados en el mundo de la novela negra desconocerán este hecho: Dashiell Hammett, antes de escribir la genial "El halcón maltés" (quizás la más conocida gracias a la adaptación de John Huston, con Bogart en el papel de Sam Spade) o "Cosecha roja" (que sería el germen de "Yojimbo", de Kurosawa, y posteriormente de "Por un puñado de dólares" y "El último hombre") fue detective privado de la agencia Pinkerton durante ocho años. Esto le dio una gran experiencia que plasmó en sus novelas. Pues bien, años después, otro detective metido a escritor, Joe Gores, escribió una novela con Hammett como protagonista. Y en 1982 Wim Wenders hizo la adaptación al cine de dicha novela, aquí llamada "El hombre de Chinatown".

Quizás no sea la mejor película de cine negro de la historia, ni tampoco lo pretende. Sus pretensiones son, sin embargo, tan elevadas como esa: homenajear una época y sobre todo, un hombre, un detective, pero principalmente un escritor, el creador de la novela negra tal y como la entendemos hoy, Samuel Dashiell Hammett.

Tomando un personaje tan interesante, la película nos presenta a Hammett cuando ha dejado su trabajo de detective y se dedica a escribir. Pero nadie puede huir del pasado, y un amigo no tardará en meterle en una historia más grande de lo que parecía en un primer momento, es decir, en un lío que perfectamente podría haber salido de la cabeza del escritor.

Con una soberbia interpretación de Frederic Forrest en el papel de Hammett, aunque más bien parece el de Bogart en "El halcón máltes" y una impresionante banda sonora, cortesía de John Barry, lo mejor de la película, sin embargo, está más allá. Es algo que, por fortuna o por desgracia, sólo podemos apreciar en su totalidad los lectores de Hammett. Hechos como reconocer el tic de Sam Spade o la forma característica, heladora, de hablar de Max Thaler "el Susurro", son capaces de arrancar una pizca de nostalgía al que haya disfrutado de las lecturas de tan mítico personaje.

Un maravilloso homenaje a Hammett y, por lo tanto, a la novela negra, y lógicamente, también al cine.
BGIL77
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