El deterioro de una relación y el como nos puede afectar a nuestras otras facetas de la vida, como el trabajo o nuestras relaciones con amigos, familiares y/o jefes es lo que explora la nueva película de Boris Khlebnikov, junto al dúo actoral principal de Irina Gorbacheva y Aleksandr Yatsenko.

Durante las casi dos horas de metraje, la historia va transcurriendo de una forma bastante lenta presentándonos las diferentes situaciones en pantalla: por un lado tenemos la relación de la pareja protagonista, que irá decayendo debido a un futuro divorcio que ambos coincidieron en realizar; y por el otro lado, vemos como el trabajo de ambos, que curiosamente son del mismo tipo: ser médicos, se irá entrelazando entre sus sentimientos amorosos y los sentimientos que se les irán apareciendo a medida que atienden a sus pacientes.

Lamentablemente, por más que el film tenga una duración considerablemente buena para poder desarrollar estas cuestiones, se termina perdiendo demasiado el rumbo y hasta por momentos se mezclan estas dos cuestiones que van sucediendo simultáneamente. Puede ser que el film haya buscado que se complementen la relación de la pareja junto a como ellos actuaban en el trabajo y la dificultad que también conlleva eso, pero no se logra lo cometido.

Es más, podemos sentir que, durante el desarrollo de la trama, se explora mucho más una situación que otra y en consecuencia eso le termina restando bastante a la que no logra tener la importancia suficiente. Aún así ambas tienen un desarrollo positivo, pero muy lento y por momentos se estanca. Además, el hecho de ver como se va desenvolviendo el tema del divorcio de nuestros protagonistas pudo haber sido mucho mejor explorado y queda por la mitad de su camino.

Pero es gracias a su elenco principal (por no decir los dos protagónicos) quienes sacan a flote la historia y logran no solo una excelente química entre ellos sino también transmitir las diferentes emociones por las que atraviesan al espectador.

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