Película de las que duele ver debido a la desesperanza que transmite. Laura, una joven que arrastra un pasado tortuoso, entabla amistad con Eva, una adolescente con problemas de comunicación con su madre. Entre ambas se establecerá una tóxica relación de dependencia.

Estamos ante las consecuencias de haber sufrido abusos a edad temprana, y como te afectan en la vida adulta. Esto, que no se desvela hasta muy avanzada la cinta, ya viene en la sinopsis, y podría ser considerado un espoiler. Pero está claro desde el principio que algo no anda bien con Laura ni con su vida sexual y emocional. Su relación con Eva, una adolescente en busca de referentes dado que su madre le falla, no podía ser otra cosa que de dominación y manipulación. Laura es un vampiro emocional, que se aprovecha de alguien aún inmaduro para someterla del mismo modo que ella fue sometida. No es por nada que digan que los hijos maltratados terminan siendo, en un buen número de casos, padres maltratadores.

De ahí el tono sombrío y triste del film, que ni en las escenas de cama logra manifestar cierta sensación de consuelo o amparo. Y debió ser un trabajo duro para Evan Rachel Wood, conocida también por haber sido objeto de abusos. Hace todo un papelón, sin caer en histrionismos y mostrándose tan implacable como vulnerable. No esperaba gran cosa de Allure y debo decir queha superado mis expectativas. No es un cine feliz, ni es recomendable para personas tendentes a la depresión. Pero no por ello es mal cine.