Película romanticona sobre treintañeros en crisis que pretenden colar como cine fantástico de todo a cien. Un palurdo aficionado a la caza y a la cerveza entra en crisis porque su novia le deja tras comprobar que la vida junto a él es un soberano coñazo. Solo en su casa aislada en mitad de la nada (otra más), se verá acosado cada noche por una criatura extraña que le araña la puerta.

Viendo la pareja de productores ya me temía algo así. Sus intentos por cruzar el cine fantástico con el indie han derivado en productos bastante indigestos, y en esta colaboración continúan en su linea. La ocurrencia de meter monstruos en una crisis de pareja se queda en eso, una ocurrencia que no llega ni a idea. La narración es bastante inane, alternando flashbacks de los momentos felices de ambos con la depresiva y rabicorta existencia post ruptura de él. Las escenas nocturnas con los "ataques" -nótense las comillas- del bicho carecen de cualquier emoción y se ven con suma indiferencia.

Intentamos encontrar algo de contenido en los diálogos, que más que diálogos son monólogos ya que pocas veces hay intercambio de frases entre personajes, pero nada hay que nos saque de la apatía. El deseo de conocer mundo, la presión de vivir en un lugar pequeño y sin posibilidades de crecimiento, la lucha entre la ligazón emocional a una persona y el anhelo vital de expandir horizontes... Nos lo han contado antes y mejor. Y sin necesitar monstruos metafóricos. Porque la escena final...Manolete, si no sabeh toreá pa que te meteh.