Las actrices que representan a sus protagonistas carecen de química. El modernismo (telefonía móvil con mensajería instantánea actual y otra tecnología y ciencia añadida) han quitado la esencia de lo que fue una serie interpretada por mujeres en los años 90 y el efecto 2000 que vivimos los chiquillos nacidos entre los 85-95. Tampoco es que hayan aportado un argumento coherente o historietas novedosas con el trasfondo del cuerpo argumentativo principal detrás. El chico endemoniado pillado por una de las hermanas es una copia barata e insultante de la relación que hubiere entre el Todopoderoso demonio Cole Turner y Phoebe Halliwell, sin el carisma del actor que interpretaba a Cole. Esta serie es un despropósito; algunos confiábamos en que saldría una serie con la línea de los hijos de Piper, lo cual hubiera sido más interesante, o una precuela con la abuela o madre de las Embrujadas siendo jóvenes. Pero ¿esto? ¿Esta serie disfrazada de propaganda feminista barata, como si en la serie de los 90 no hubiera habido ya una dosis suficiente de series con protagonistas mujeres que representaran y revindicaran el feminismo tales como esta misma y la serie de "Buffy, Cazavampiros"?