Una de las películas que marcó mi infancia, un clásico ya inmortal del maestro Craven que creó uno de los personajes más apasionantes y atractivos de la historia del cine, ruin y malvado poseía sus excelentes pinceladas irónicas e incluso cómicas que se potenciarían hasta el exceso en sus posteriores secuelas.

Para mí es imposible describir esta película con palabras. El guión puede que a día de hoy, en el que abundan las devaneos oníricos en muchas producciones, no nos resulte especialmente original, pero en su idea Craven invento el mundo de los sueños como reino de un ser que te persigue y perturba cuando se te cierran los ojos, del que estas a salvo cuando estás despierto, pero del que nada te puede salvar en tus pesadillas, es allí donde Freddy hace de las suñas, en un mundo irreal nada lo puede parar, hace lo que quiere, eres su presa y se divierte torturandote a su gusto, incluso se rie de ti ya que sabe que no puedes escapar.

Todas las escenas en las que vivimos las pesadillas de los protagonistas cuentan con una atmósfera sublime, difusa, oscura e imprevisible. A veces Craven juega a confundirnos entre lo real y lo ficticio pero es este ambiente subrealista lo que nos ayuda a situarnos. La banda sonora también merece especial atención, unas pocas notas que ya están en la memoria de todos los fanáticos de la saga, perfectamente coherente con el resto de la cinta.

La protagonista Heather Langenkamp no se ha prodigado mucho por el mundo del cine, por lo que siempre será la eterna Nancy, un personaje al que se entrega, con el que te identificas y coges cariños, Nancy nos hace participes de sus miedos, sufriendo una gran evolución (hasta física) durante el desarrollo de la cinta. . Su angelical personaje, con pelo pomposo y ropas rosadas contrasta con la ferocida de Kruegger por lo que sus duelos cara a cara con el punto álgido de la cinta.

En resumen, un clásico del terror, con escenas y frases memorables y un ambiente insuperable. Con Pesadilla en Elm Street nacio un mito, un icono, podiamos decir que el mejor villano que nos ha dado el septimo arte, un malo al que se le puede coger cariño.

Lo mejor: Fred Kruegger.
Lo peor: que Craven no dirigiera las secuelas.