Haz click aquí para copiar la URL
España España · Madrid
Voto de Mogwai:
8
Drama Dos mujeres mueren en un accidente de tráfico y la conductora que iba con ellas pierde una pierna. Los maridos de las víctimas, dos zoólogos gemelos se sienten fascinados por el proceso de descomposición de los cuerpos. Después inician un idilio con la conductora amputada y comienzan a liberar animales del zoológico en el que trabajan. (FILMAFFINITY)
19 de julio de 2008
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta “A Zed & Two Noughts” (en España simplificando, como siempre) es probablemente la película menos conocida de la primera etapa del pintor metido a cineasta Peter Greenaway, uno de esos tipos raros, raros. De hecho, hasta hace poco la película ni siquiera tenía ficha por aquí. Y es curioso, porque tiene todos los elementos por los que las primeras películas de Greenaway son tan amadas (y odiadas): un argumento truculento, las tendencias hacia la no-narración y la destrucción de la trama tan del gusto del director británico, su obsesión por la pintura (en este caso el objeto de deseo es Vermeer), sexualidad grotesca, cuerpos en descomposición..., aunque en un formato realmente más accesible de lo que acostumbra, quizá básicamente por el humor negro que destila constantemente.

En este caso la trama involucra a dos biólogos gemelos desconcertados por la muerte en un accidente de coche, cisne incluido, de sus mujeres, accidente en el que una tercera mujer perdió una pierna. Mientras se dedican a tragarse los 8 episodios de una serie sobre la evolución de la BBC, intentando encontrar en ella el significado de su situación (“...desde que hace 400 millones de años apareció la vida en la tierra hasta que mi mujer murió intentando esquivar un cisne...”) los gemelos empiezan a cultivar una fijación malsana por la descomposición de los organismos, se enamoran simultáneamente de la mujer amputada y empiezan a liberar animales del macabro zoo en el que trabajan. Un panorama desasosegante y enfermizo que una vez más contrasta con el impecable apartado técnico en que envuelve el film, planeando cada encuadre como si fuese un cuadro y reservando sus gloriosos movimientos de cámara para las escenas clave, todo ello inmerso en la soberbia fotografía del gran Sacha Vierny y el excelente score (uno más) de Michael Nyman. Todo esto hacen de “A Zed & Two Noughts” una propuesta tan radical y extraña como el resto de la filmografía de Greenaway, pero también una de sus películas más sorprendentes y divertidas y, por qué no, un buen punto de iniciación para todo aquel curioso por saber de qué va la filmografía de este peculiar galés.
Mogwai
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow