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Voto de Neckriagen Omoide and Dreams:
8
7.1
1,482
Drama
Ludovic es el hijo menor de una familia de clase media. Su máxima ilusión es ser una niña y está convencido de que su sueño se convertirá, tarde o temprano, en realidad. Por eso no entiende la preocupación de sus padres, las burlas de sus compañeros y todas las reacciones adversas que siente a su alrededor. (FILMAFFINITY)
23 de octubre de 2010
13 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El inicio es más que elocuente, una comunidad casi de cuento de hadas, colores, casitas de madera, jardín, mucha risa y alegría, casi a la perfección el paradigma que nos vende la TV del american way of live (aunque la película sea europea).
Y sin embargo, todo es una sucia careta que sólo esconde los arraigados prejuicios de la sociedad, y dónde el normal resulta ser el raro, simplemente porque procede según le va dictando su corazón.
Me extraña que esta película tenga tan pocas críticas, será que el prejuicio contra la homosexualidad prevalece 13 años depués.
Pero como siempre digo, libérese de sus prejuicios, y esta película le ayudará a hacerse un profundo sicoanálisis respecto a su rol en la sociedad, yendo más haya de la homosexualidad.
¿Soy realmente correcto con mi proceder?, ¿cuantas caretas tengo que ponerme cada que me planto ante la sociedad?, ¿Hago lo que quiero o lo que los demás quieren que haga?, ¿hago lo correcto o lo que los demás consideran correcto?, como digo, más allá de la homosexualidad, pareciera que todos tenemos algo guardado.
Creo que todos podríamos identificarnos con Ludovic en el aspecto de esos sueños de niño a los que tanto nos dijeron "no", que nosotros mismos de adultos acabamos por decírnoslo también.
Lo único que no acabé de digerir fueron las fantasías en el mundo de las hadas, vamos, nunca he sido gran fan de Disney, pero si se centra en la determinación de Ludovic ante la adversidad, eso pasa a un plano muy secundario.
Y sin embargo, todo es una sucia careta que sólo esconde los arraigados prejuicios de la sociedad, y dónde el normal resulta ser el raro, simplemente porque procede según le va dictando su corazón.
Me extraña que esta película tenga tan pocas críticas, será que el prejuicio contra la homosexualidad prevalece 13 años depués.
Pero como siempre digo, libérese de sus prejuicios, y esta película le ayudará a hacerse un profundo sicoanálisis respecto a su rol en la sociedad, yendo más haya de la homosexualidad.
¿Soy realmente correcto con mi proceder?, ¿cuantas caretas tengo que ponerme cada que me planto ante la sociedad?, ¿Hago lo que quiero o lo que los demás quieren que haga?, ¿hago lo correcto o lo que los demás consideran correcto?, como digo, más allá de la homosexualidad, pareciera que todos tenemos algo guardado.
Creo que todos podríamos identificarnos con Ludovic en el aspecto de esos sueños de niño a los que tanto nos dijeron "no", que nosotros mismos de adultos acabamos por decírnoslo también.
Lo único que no acabé de digerir fueron las fantasías en el mundo de las hadas, vamos, nunca he sido gran fan de Disney, pero si se centra en la determinación de Ludovic ante la adversidad, eso pasa a un plano muy secundario.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Siempre fui a cortarme el cabello a la peluquería, como todo hombre, nunca me gustó el picor y el frío en la cabeza, pero al menos era práctico, "el corte de siempre", 15 minutos y ya.
Lamentablemente, las peluquerías escasearon cada vez más, al tiempo que pulularon las estéticas. ¿Corto, largo, en capas, redondo, desvanecido, con fleco...?, no, gracias, sólo quiero el corte de siempre...
Recuerdo la última vez que fui a una estética en aquella época, tres horas mientras dos señoronas se hacían rayos, permanente, crepé y no sé que tanta porquería, salí de ahí para no volver a pisar una estética en 7 años.
Lógicamente el cabello creció, me encantaba, y lógicamente volvió a caer, por imposiciones sociales "no contratamos hombres con el cabello largo...", cómo me sentí identificado con Ludovic al menos en ese aspecto!
Saludos.
Lamentablemente, las peluquerías escasearon cada vez más, al tiempo que pulularon las estéticas. ¿Corto, largo, en capas, redondo, desvanecido, con fleco...?, no, gracias, sólo quiero el corte de siempre...
Recuerdo la última vez que fui a una estética en aquella época, tres horas mientras dos señoronas se hacían rayos, permanente, crepé y no sé que tanta porquería, salí de ahí para no volver a pisar una estética en 7 años.
Lógicamente el cabello creció, me encantaba, y lógicamente volvió a caer, por imposiciones sociales "no contratamos hombres con el cabello largo...", cómo me sentí identificado con Ludovic al menos en ese aspecto!
Saludos.