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España España · asturias
Voto de javieritos:
8
Intriga. Drama Unos recién casados han decidido pasar la luna de miel en una roulotte en medio de un bosque. Pero su relación empieza a enturbiarse, sobre todo cuando ella se obsesiona con una casa cercana y con unos ojos que parecen espiarla con lujuria. (FILMAFFINITY)
29 de junio de 2016
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Morbo podría haberse convertido en un más que decente thriller psicológico dirigido en 1972 por el a veces genio Gonzalo Suárez y no deja de ser una de las delicatessen y joyas ocultas del cine patrio de otra época, pero promete hasta que la mete, y una vez metido, poco de lo prometido. Por desgracia.
En la peli, de forma precursora a la de Kubrick y su descenso a los infiernos del matrimonio, Ana Belén y Víctor Manuel hacen de un par de modernetes recién casados en plena luna de miel que deciden celebrar, muy normalitos ellos, en una agobiante autocaravana en mitad del bosque de la bruja de Blair o parecido. La cosa empieza a ponerse chunga y tensa, muy tensa entre ellos rápidamente.
Ella, para empezar, que es puro expresionismo nada contenido y bastante psicotrópico, empieza a obsesionarse de manera cansina e insana con una masía lejana y unos ojos que le espían cuan Landrú desde ella, con ganicas de probar sus ricas carnes juveniles virginales y bodorriales.

La película, como la mayoría de la obra del genio Suárez, esconde y alberga tras su planteamiento níveo, prístino y más que claro, una directa y encubierta crítica, en este caso a parte de la nueva clase social española, que el mismo director calificó de "progresía", como simple intelectualidad antisistema , que alberga en su germen sustituir a la anterior burguesía asumiendo sus discursos y pensamientos pero sin intencionalidad proactiva de hacer realmente algo por erradicar esa antítesis caduca, y aprovechándose de sus esquemas filosóficos y morales prácticamente, criticarlos.

Así, Suárez aprovecha un género extraño pero igual de lícito como el pseudoterror para hacer una crítica política y social, no sin dejar su impronta y marcado componente literario marca del autor.

Como excentricidad y para gozar viendo huir a una desatada Ana Belén, merece y mucho la pena.
Lo mejor: su poesía visual, como de costumbre.
Lo peor: Víctor Manuel, soso como él sólo.
javieritos
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