Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Revista Contraste:
7
Drama Francia, finales del siglo XIX. Joseph Ferdinand Cheval (Jacques Gamblin) es un cartero que viaja todos los días por las aldeas de la región de Drôme. Un día conoce a la mujer de su vida, Philomena (Laetitia Casta) y de su unión nace Alice, a quién amará más que a nadie. Por ella, Cheval se propone un objetivo: construirle con sus propias manos un increíble palacio. Pese a las dificultades, Cheval no se rendirá y dedicará 33 años a ... [+]
6 de noviembre de 2020
12 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Durante 33 años de su vida, un cartero de la región francesa de Drôme se dedicó a construir un palacio para su hija. Para aquellos que, como muchos, desconocieran este pequeño y maravilloso hecho, El palacio ideal llega para contárnoslo.

El film narra con templanza la triste e inspiradora vida de Joseph Ferdinand Cheval. Con la necesidad de abarcar la totalidad del logro del protagonista, la trama se inicia muy rápido y las acciones casi se pisan unas a otras. No obstante, a medida que vamos acompañando a este memorable personaje, el tempo se va ralentizando en un intento de convertirse en un relato envolvente –sin llegarlo a ser totalmente–.

Asimismo, Jacques Gamblin mantiene con éxito la atención del espectador. Con una convincente interpretación, Gamblin es capaz de dotar del carisma necesario a este tímido cartero; reflejo de un espíritu solitario y personificación de la bondad.

Estamos ante uno de esos individuos que, como bien podemos ver, mira al mundo con otros ojos. Sin embargo, Nils Tavernier acierta a la hora de humanizarlo y no abordarlo en primera persona. De esta manera, el público es testigo tanto de su genialidad como de su humanidad. No hay necesidad de exaltar la figura de Cheval, su propio legado se encarga de ello.

Todo esto se completa con una tímida fotografía y una bonita banda sonora. La primera fascina en esos tremendos planos generales de las montañas, pero pasa desapercibida en todo el resto. La segunda se amolda perfectamente a la narrativa, haciendo inevitable no emocionarse al escuchar alguna de sus piezas.

El palacio ideal es una película para permitirnos soñar y recordar que la dedicación y el amor pueden acercarnos a dónde queremos llegar. Y, sin ser un gran biopic, es una inolvidable carta de amor a Cheval, a su obra y a su vida.

www.contraste.info
Revista Contraste
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow