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Argentina Argentina · santa fe
Voto de rouse cairos:
7
Drama El sacerdote Mario Pantaleo descubre que tiene cierto poder para diagnosticar y curar enfermedades por medio de la imposición de las manos. Pero la policía y la jerarquía eclesiástica se pondrán en su contra. (FILMAFFINITY)
30 de marzo de 2007
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película está inspirada en la figura del padre Giuseppe Mario Pantaleo (Pistoia, 1915-Buenos Aires, 1992), un sacerdote salesiano que alcanzó popularidad por su don de diagnosticar y -en ocasiones- curar por imposición de manos, padecimientos físicos incurables desde la mirada científica.

El film marca el regreso a la pantalla grande del director argentino Alejandro Doria, autor de títulos de distinta calidad, pero siempre interesantes, como "La isla", "Los miedos", "Darse cuenta" o "Esperando la carroza", quien escribió el guión en coautoría con Juan Bautista Stagnaro, cuidando de distanciar al personaje real con la versión cinematográfica, aclarando que la película está inspirada en la vida del sacerdote sanador, pero que incorpora tanto partes reales como ficcionales, al estilo de los "biopics" que novelan a partir de datos biográficos puntuales.

Esencialmente "Las manos" es una afirmación sobre la solidaridad y los insondables misterios de
la fe, más que un retrato biográfico; inteligentemente no construye un relato de certezas sino que se mantiene equilibradamente en el reducido espacio que articula la razón con lo inexplicable.

Aunque registra algunos de ellos, el film no pone el énfasis en los milagros ni muestra a su héroe como personaje infalible, sino que expone su angustia, sus contradicciones y sus límites en reiteradas oportunidades, dando un lugar importante a sus diferencias y discusiones con las jerarquías eclesiásticas y los continuos hostigamientos de la policía que llegó a perseguirlo porque lo consideraba un curandero.

Para contar la historia, que tiene una temporalidad borrosa, que abarca desde algún punto difuso de los sesenta hasta principios de los noventa, Doria elige una estética austera y un relato simple y lineal, además de una banda sonora convencional que se limita a subrayar los momentos clave de la narración.

La película tiene una dimensión épica y un marcado acento emotivo, al ser la historia de una lucha contra las adversidades para lograr un objetivo fraterno, donde se escuchan frases como "yo no soy sin el otro", alejadas del narcisista discurso posmoderno.

En una época marcada por el individualismo y las dudas, "Las manos" se destaca como una película que habla sobriamente de un tema polémico y fronterizo entre la ciencia y la fe. Ese es uno de sus méritos más claros.
rouse cairos
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