Romanzo Criminale, para los amantes del género os resultará una gozada. Dos temporadas escasas, pero suficientes para realizar una visita de lo más peculiar a la Roma alejada de los monumentos imperiales y Villa Borghese.
Claro que no inventan la rueda, ni tampoco la cerveza, pero conociendo el estilo lo explotan con sapiencia. Desde la juventud de una panda de chavales predestinados a la delicuencia al control de la ciudad eterna y sus entresijos. Un puñado de personajes adorables a la par que odiosos, quintaesencia de la amistad, el amor al dinero y la vida fácil que la Italia de los 70 y 80 les brindaba a estos salvajes ávidos de poder.
Armas, prostitución, drogas varias y la más poderosa de todas ellas, el afán de poder, controlar los barrios, los envíos y el dinero. Al otro lado, la justicia idealista del comisario comunista, rodeado de peores maleantes que el Libanés y el Frío, intentando colocar a buen recaudo a estos jóvenes embriagados de dinero.
Si no eres fan de Uno de los nuestrso, Los Soprano y similares puede que al menos te pille por la vía de la situación política de esos años en la Aún adolescente República de Italia, de los tardo fascistas y las Brigadas Rojas. Y la sempiterna Democracia Cristiania y el Vaticano, por supuesto.
La ambientación es estupenda y las interpretaciones notables. Gracias Sollima por esta Romanza Criminale, que en mi opinión le da mil vueltas a la cacarada Gomorra.
De La Loma lo hizo demasiado pronto y con malos actores aquí en España, y con esta serie se confirma la sensación de que para revisitar un momento histórico reciente, al menos hay que dejar reposar los cadáveres
veinte años.
Nota: 8,70.