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España España · barcelona
Voto de avanti:
7
Intriga. Comedia Cuando una exitosa terapeuta sexual, con un Bestseller y un programa de radio número uno, se entera que su amante y socio la está engañando, decide tomarse una intensa venganza. Episodio Nº47 de Colombo. Aunque Colombo tiende a ser definida o considerada como una serie de TV, nunca fue una serie propiamente dicha. Exceptuando la presencia recurrente del personaje principal, no presenta ninguna de las características de una serie ... [+]
5 de abril de 2018
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sex and the married detective (Sexo y el detective casado) es un telefilm dirigido por James Frawley en 1989, tercero de la octava temporada y cuarenta y ocho de la serie, anteriormente había dirigido A que no me coges (1977), Hazme un asesinato perfecto (1978), Asesinato por teléfono (1978) y Asesinato, tabaco y sombras (1989). El inconfundible ruido de un dial y la sugerente voz de su locutora, la doctora Joan Allenby (Lindsay Crouse), nos introduce en el sugerente dialogo mantenido con los radioescuchas sobre su exitoso libro ‘El complejo de cortesana’ al mismo tiempo en el que un encadenado de exteriores con diferentes planos, nos lleva hasta la fuente sonora que mantiene tan atentos a tantos conductores a su dial: la voz de la doctora que habla sobre el contenido de su libro en el interesante programa radiofónico.

La realidad es otra cosa muy distinta, David Kincaid (Stephen Macht) la pareja de nuestra protagonista, es algo narcisista, entiende los mensajes de la doctora de manera interesada y diferente con alguna oculta variables sexual compartida que, en su desdichada aventura amorosa genera la situación y los acontecimientos necesarios para depararle al endiosado ególatra un inesperado final a sus amorosas aventuras en un torbellino de desenfrenada consciencia, entre sugerentes secuencias sexuales donde la absoluta insinuación amorosa llega al paroxismo amoroso…o quizás, al paroxismo del engaño reflejado en interesantes primerísimos planos del dolido y desolado rostro de la doctora.

La doble personalidad, ser dos en uno, hacer realidad los inconfesables deseos sexuales ocultos en la mujer (según la doctora), atrae hasta el lugar del asesinato a un distraído teniente de policía entre cafés y cigarros mal apagados: Colombo (Peter Falk). Un largo plano secuencia construido con seguimiento, general, americano, detalle y primeros planos, nos sitúa en las conversaciones del teniente con la impresionada doctora, entre el torbellino propio de los especialistas y las primeras deducciones de las que, algo de lo sucedido no le cuadra, le confunde, le despista al investigador.

Un conjunto de primeros planos, medios y plano contraplano nos muestra al sorprendido Colombo ruborizado, en mitad de un delicado entuerto matrimonial, intentando salir, debido a la perspicacia de la doctora Allenby, tras lo cual, retoma el hilo conductor de los sucesos siendo amablemente consultado por algunos de sus doctores en psicología y terapia sexual sobre su parecer en acciones pendientes con la doctora Allenby, entre los cuales Simon Ward (Peter Jurasik), Walter Neff (Ken Lerner), o la ofuscada secretaria Cindy (Julia Montgomery); sin salir de su sorpresa; Colombo en su generosidad, reparte sabiduría detectivesca a los especialistas y a la desconsolada secretaria.

Después de alguna generosa escena musical, el teniente retoma la pista de un misterioso personaje que algunos vieron en la fiesta de beneficencia…y otros no…Lujosos planos generales nos sitúa en el domicilio de la doctora, donde el teniente intenta aclarar algunos ‘cabos sueltos’ en sus investigaciones y compartir los nuevos.

Al parecer, la solución de la investigación comienza a vislumbrarse junto a las irrefutables pruebas y contundentes deducciones que desmontarán finalmente toda tensión entre el teniente y la doctora en un comprensivo gesto de caballerosidad y respeto, entendiendo (aunque no compartiéndo) la acción de la doctora Joan Allenby, en un final muy detectivesco para un premeditado asesinato en el que la humillación, el engaño, el desprecio y, un desafortunado toque gastronómico pone la guindilla a uno de los casos que más ha hecho sonrojar al teniente Colombo.

Complemento genealógico. Colombo cita a su mujer en dos ocasiones.
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