Media votos
6.4
Votos
1,115
Críticas
679
Listas
32
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de Gabriel Ufa:
8
6.6
811
Drama
Lucas Marsh (Robert Mitchum), un estudiante de medicina ambicioso y sin recursos, se casa con Kristina Hedvigson para poder costearse los estudios. Ella lo ama, pero él sólo ama su trabajo. Emocionalmente es una persona cerrada, incapaz de abrirse a los demás, ni siquiera a su mejor amigo (Frank Sinatra) o a su alcohólico padre (Lon Chaney Jr.). Terminada la carrera empieza a trabajar para el doctor Dave Runkleman, un médico de maneras ... [+]
1 de octubre de 2009
31 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Centrada en el mundo de la medicina, es una reflexión sobre la profesión de médico.
Stanley Kramer, uno de los primeros productores independientes, autor de obras tan conocidas como “Adivina quien viene esta noche” o “El ídolo de barro”, afronta aquí su opera prima. Para ello se rodea de un elenco de actores fabuloso: Mitchum (el protagonista), Sinatra (el amigo leal), Havilland (la dulce esposa), Grahame (la tentación) y Lon Chaney Jr (el padre borracho).
La película abarca varios años, desde que estudian en la Universidad. Se echa en falta una mayor caracterización en los años jóvenes (no la hay), pues resultan mayores para ser alumnos de una Facultad.
Contiene numerosas escenas quirúrgicas (magníficas), novedosas en su época, tales como la extracción de un clip, operación a corazón abierto, etc, que son tratadas con exquisito buen gusto, nunca desagradables, muy creíbles y profesionales, manteniendo la emoción y el tempo cinematográfico. Pero no es, ni mucho menos, un curso de medicina.
Mitchum y Sinatra son dos estudiantes de Medicina. El primero sólo vive para ser médico, aunque lo pasa mal por la falta de recursos económicos. Sinatra es el amigo simpático que aspira a ser médico (comprando apuntes), pero también a hacer fortuna.
Olivia de Havilland es una dulce enfermera (¿hay una actriz más dulce que Olivia de Havilland en la Historia del cine?), rubísima, que ha logrado reunir unos ahorros. A mitad del film conoceremos a la sensual Gloria Grahame (siempre espléndida), bebedora, fumadora, amazona; el lado opuesto a la exquisita Olivia.
Con este reparto, una trama bien hilvanada, y con una gran cantidad de momentos de alta tensión, este largometraje no podía ser sino muy notable. De factura intachable, interesará especialmente a los profesionales de la medicina, si bien gustará a todos.
Muy recomendable.
Stanley Kramer, uno de los primeros productores independientes, autor de obras tan conocidas como “Adivina quien viene esta noche” o “El ídolo de barro”, afronta aquí su opera prima. Para ello se rodea de un elenco de actores fabuloso: Mitchum (el protagonista), Sinatra (el amigo leal), Havilland (la dulce esposa), Grahame (la tentación) y Lon Chaney Jr (el padre borracho).
La película abarca varios años, desde que estudian en la Universidad. Se echa en falta una mayor caracterización en los años jóvenes (no la hay), pues resultan mayores para ser alumnos de una Facultad.
Contiene numerosas escenas quirúrgicas (magníficas), novedosas en su época, tales como la extracción de un clip, operación a corazón abierto, etc, que son tratadas con exquisito buen gusto, nunca desagradables, muy creíbles y profesionales, manteniendo la emoción y el tempo cinematográfico. Pero no es, ni mucho menos, un curso de medicina.
Mitchum y Sinatra son dos estudiantes de Medicina. El primero sólo vive para ser médico, aunque lo pasa mal por la falta de recursos económicos. Sinatra es el amigo simpático que aspira a ser médico (comprando apuntes), pero también a hacer fortuna.
Olivia de Havilland es una dulce enfermera (¿hay una actriz más dulce que Olivia de Havilland en la Historia del cine?), rubísima, que ha logrado reunir unos ahorros. A mitad del film conoceremos a la sensual Gloria Grahame (siempre espléndida), bebedora, fumadora, amazona; el lado opuesto a la exquisita Olivia.
Con este reparto, una trama bien hilvanada, y con una gran cantidad de momentos de alta tensión, este largometraje no podía ser sino muy notable. De factura intachable, interesará especialmente a los profesionales de la medicina, si bien gustará a todos.
Muy recomendable.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Momentos destacados y de alta tensión (sólo para los que la han visto):
-Cuando fallece el padre, Mitchum entra en su casa y de espaldas a la cámara, se sienta y rompe en la mesa una botella de whisky, entre rabiosas lágrimas.
-Coge al director del hospital rural, lo empuja contra la pared y opera al anciano moribundo. La compenetración profesional con su mujer es total, no así la marital o sentimental
-Olivia rompe la ropa del bebé, incapaz de decirle a su marido que está embarazada y llora de manera desgarrada. Hasta ahora ha sido paciente y sufridora. A partir de aquí se produce un cambio en ella
-El beso con Gloria Grahame, con la cámara detrás, cercanísimo al espectador
-El padre (Lon Chaney Jr.)le dice que nunca llegará a ser un buen médico porque no tiene corazón. Esta escena tiene su contrapunto en la operación de su compañero y casi segundo padre, al que opera sin éxito, y que fallece, literalmente, con el corazón en sus manos. Logradísimo y cargado de simbolismo y emotividad.
-El final, desde el trayecto nocturno que recorre a pie hasta que llega a casa y pide ayuda. Antológico.
-Cuando fallece el padre, Mitchum entra en su casa y de espaldas a la cámara, se sienta y rompe en la mesa una botella de whisky, entre rabiosas lágrimas.
-Coge al director del hospital rural, lo empuja contra la pared y opera al anciano moribundo. La compenetración profesional con su mujer es total, no así la marital o sentimental
-Olivia rompe la ropa del bebé, incapaz de decirle a su marido que está embarazada y llora de manera desgarrada. Hasta ahora ha sido paciente y sufridora. A partir de aquí se produce un cambio en ella
-El beso con Gloria Grahame, con la cámara detrás, cercanísimo al espectador
-El padre (Lon Chaney Jr.)le dice que nunca llegará a ser un buen médico porque no tiene corazón. Esta escena tiene su contrapunto en la operación de su compañero y casi segundo padre, al que opera sin éxito, y que fallece, literalmente, con el corazón en sus manos. Logradísimo y cargado de simbolismo y emotividad.
-El final, desde el trayecto nocturno que recorre a pie hasta que llega a casa y pide ayuda. Antológico.