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Voto de Strhoeimniano:
10
Cine negro. Thriller. Drama. Intriga Roy Dillon (John Cusack), hijo de una prostituta, se encuentra dividido entre el amor que siente por su madre Lilly (Anjelica Huston), una atractiva mujer que trabaja para un violento estafador, y su amante Myra (Annette Bening), que está dispuesta a todo con tal de alejar al joven de la influencia materna. (FILMAFFINITY)
25 de agosto de 2005
25 de 32 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jim Thompson era el típico autor de novelas baratas, de esas “pulp” que llenaban los kioscos. Tanto su lenguaje como sus tramas eran francas y directas como un puñetazo, sin ahorrar el dolor de la crueldad de la sociedad norteamericana. Pese a valor literario, pocas veces el cine ha bebido de sus historias, aunque sí acudió a sus servicios (realizó los diálogos para “Atraco Perfecto”, y fue el guionista de “Senderos de Gloria”). Sin embargo, este imperdonable olvido se condona por la excelente adaptación que se realizó de esta novela.
“Los timadores” narra un triángulo; pero no uno cualquiera: A. Huston, antigua prostituta y ahora trabajadora para el mafioso Bobo Justus, reaparece en la vida de su hijo, J. Cusack, un timador de poca monta que va de estafa en estafa. Pero aún falta un vértice: A. Bening, otra timadora / prostituta, ésta de altos vuelos pero en horas bajas, que ve en Cusack al último sapo que se puede convertir en príncipe. Como en todo triángulo que se precie, uno de los vértices sobra; y es aquí donde la película alcanza sus cimas más crudas. Toda la relación está llena de una tensión (para incrementar aún más la intimidad de este enfrentamiento, Frears divide por momentos la pantalla mostrándonos a los personajes a un tiempo) que se siempre se ataja acudiendo a una zorrería llena de violencia. El enfrentamiento entre ellas es cruento. Como perras que husmean el peligro, dan vueltas dispuestas a atacar, por una simple razón: o eres tú la que se va o soy yo.
El lujazo de “Los timadores” son sus actuaciones. El trío protagonista está en estado de gracia. J. Cusack es un retrato de la inocencia, de ese timador que desconfiado no salió aún del cascarón pues no dejó de ser hijo, aunque quisiera ser otra cosa. Este secreto, está perfectamente reflejado en su actuación. En las secuencias con Huston notas la presencia de algo que no puedes definir, pero que sabes que está ahí. ¿Qué decir de Annette? Pues que borda el papel. Es la ambición, la furia, la maldad... es una mujer en la cuneta que lucha como una gata por recuperar el reino perdido. Pero como no hay triángulo sin cima, ésta le corresponde con toda justicia a Anjelica Huston. Su actuación estremece (estuvo nominada para el oscar, que finalmente se llevó K. Battes; también a Annette le birló el suyo Whoopy). Es una actuación contenida pero transparente, llena de infinidad de matices hasta hacer del personaje una loba hambrienta pero maternal. Es increíble la facilidad con la que cambia de registro en una misma secuencia, lo mucho que puede decir con un primer plano. La última sencuencia que tiene con J. Cusack te pone un nudo en la garganta. Pero todas estas actuaciones se lucen con una herramienta fabulosa: unos diálogos espléndidos, tan cortantes como las uñas afiladas.
La película está producida por Scorsese y se nota esta sombra en el pulso con la que la dirige Frears hasta convertir a “Los timadores” en esa verdad absoluta de estar viendo cine cien por cien.
Strhoeimniano
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