3 de junio de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La chica del tren es el nuevo proyecto de André Téchiné, un viejo zorro del cine francés, autor de la generacional Los juncos salvajes y descubridor, al menos el impulsor más importante de la carrera de actrices galas como Juliette Binoche, Elodie Bouchez, Emmanuelle Béart o Sandrine Bonnaire. Para su nuevo proyecto, rescata Émilie Dequenne, para siempre la Rosetta dardeniana, y Catherine Deneuve, símbolo de un país y una generación de actrices (fuera de la pantalla) y madres (en la ficción). En La chica del tren está presente ese poso del artista firme que ya lleva cuatro décadas en el ruedo. Aún así, hay algo en la historia que propone Téchiné que se nos escapa. Como si la película guardase algún secreto, como si el espectador esperase atento alguna revelación que nunca llega.
La chica del tren es misteriosa, porque su corazón dramático (el racismo y el ataque a la comunidad judía francesa) va cocinándose a fuego lento para, al final, no eclosionar. ¿Qué queda? Una descripción de los suburbios parisinos, de personajes al margen, de vidas con un pasado complejísimo que forman nuestro no tan simple presente. Un film dramático, político y también con sus señas de thriller. Aunque se hubiera podido contar más y de otra manera. Al menos sirve para que el cinéfilo sea consciente de que Téchiné es un director a reivindicar y a rescatar. Seguro que en su larga filmografía hay obras mejores.
Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities http://cachecine.blogspot.com
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