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Voto de seagal4ever:
9
3.5
6,074
Acción. Aventuras
En las plataformas de petróleo de Alaska, Forrest Taft (Steven Seagal, que debuta como director) trabaja como especialista en la extinción de incendios en los pozos de petróleo. Sin embargo, mucho más peligroso que eso es enfrentarse a Michael Jennings, presidente de una compañía petrolífera que ha obtenido enormes beneficios a costa de poner en peligro el medio ambiente. En esa batalla Taft cuenta con el apoyo de una activista nativa y ... [+]
21 de julio de 2010
46 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de nada, tengo que decirlo porque si no reventaré en mil pedazos y mis entrañas se esparcirán por toda la habitación, como si el propio Seagal me hubiese pegado una paliza: no me parece de recibo la animadversión y el rencor que genera esta cinta en el público. De verdad. Objetivamente hablando, se me ocurren al menos una docena de películas del propio Seagal peores que ésta, pero que sin embargo cuentan con mucha más aceptación por estos lares. No quiero ya meterme a hablar y compararla con otras películas del género de otros actores porque si no ya me enciendo y no hay quién me pare... Dicho esto, intentaré centrarme en el asunto sin irme demasiado por las ramas ni sulfurarme en demasía (cosa que no va a pasar, pero no será porque no ponga de mi parte).
Esta película es una pasada. Así, tal cual. Está tan pasada de rosca que, en serio, llega a rozar el surrealismo en varios momentos. Creo que es éste el punto que más ampollas puede levantar entre los múltiples detractores de la cinta. Detractores que, yo me pregunto, ¿desprecian la película en cuestión, a Seagal en particular, o a ambos elementos? Mi experiencia personal me dice que en la mayoría de los casos se trata de la segunda opción y, por inercia, película de Seagal que ven, película de Seagal que arrojan a los leones. No me parece correcto, pero yo tampoco puedo hablar porque estoy precisamente al otro lado de la acera...
Y es que, a este filme se le puede acusar de muchas cosas, muchísimas, pero es igualmente cierto que posee una serie de particularidades que habrían de ser valoradas en su justa medida (positivamente, vamos): el marcadísimo mensaje ecologista es realmente pertinente y encomiable (sobre todo en la época que corría, que no era un tema tan en boga como ahora); el discurso final, que muchos tildan de basura, es de lo más comprometido que se ha podido ver en el cine, mucho más que cosas como "Una verdad incómoda" o similares, que se quedan a medio camino de todo.
A nivel técnico nos encontramos con un filme difícil de atacar: buenos efectos especiales, buena dirección (criticar a Seagal por la dirección de este filme es sencillamente ridículo... ¿Un Razzie a la peor dirección? ¡O dos, no te fastidia! ¡Venga ya, hombre!; lo que me lleva a preguntarme, ¿por qué no volvió a dirigir ninguna película más? ¿Le afectó demasiado el Razzie, o estamos ante un nuevo Charles Laughton?, jaja... Pido perdón porque esa comparación me ha ofendido hasta a mí -Laughton es uno de los más grandes-, así que corramos un tupidísmo velo sobre la misma)... Por cierto, espectacular Michael Caine.
Esta película es una pasada. Así, tal cual. Está tan pasada de rosca que, en serio, llega a rozar el surrealismo en varios momentos. Creo que es éste el punto que más ampollas puede levantar entre los múltiples detractores de la cinta. Detractores que, yo me pregunto, ¿desprecian la película en cuestión, a Seagal en particular, o a ambos elementos? Mi experiencia personal me dice que en la mayoría de los casos se trata de la segunda opción y, por inercia, película de Seagal que ven, película de Seagal que arrojan a los leones. No me parece correcto, pero yo tampoco puedo hablar porque estoy precisamente al otro lado de la acera...
Y es que, a este filme se le puede acusar de muchas cosas, muchísimas, pero es igualmente cierto que posee una serie de particularidades que habrían de ser valoradas en su justa medida (positivamente, vamos): el marcadísimo mensaje ecologista es realmente pertinente y encomiable (sobre todo en la época que corría, que no era un tema tan en boga como ahora); el discurso final, que muchos tildan de basura, es de lo más comprometido que se ha podido ver en el cine, mucho más que cosas como "Una verdad incómoda" o similares, que se quedan a medio camino de todo.
A nivel técnico nos encontramos con un filme difícil de atacar: buenos efectos especiales, buena dirección (criticar a Seagal por la dirección de este filme es sencillamente ridículo... ¿Un Razzie a la peor dirección? ¡O dos, no te fastidia! ¡Venga ya, hombre!; lo que me lleva a preguntarme, ¿por qué no volvió a dirigir ninguna película más? ¿Le afectó demasiado el Razzie, o estamos ante un nuevo Charles Laughton?, jaja... Pido perdón porque esa comparación me ha ofendido hasta a mí -Laughton es uno de los más grandes-, así que corramos un tupidísmo velo sobre la misma)... Por cierto, espectacular Michael Caine.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Ya no sé ni lo que estaba diciendo, alguna sandez probablemente. Pero el caso es que esta película es, por méritos propios, una de las mejores de Seagal, y sin embargo es despreciada vilmente. El tercer acto de esta gran epopeya moderna es de lo más salvaje que jamás se haya visto en una cinta de acción. Es una pasada de rosca que, incluso dentro de la propia filmografía de Seagal, no tiene precedentes.
El nivel alcanzado de violencia es tan brutal como gratificante. Y lo mejor es que, después de tener una experiencia mística con los esquimales durante el segundo acto (el más flojo, dicho sea de paso), el tío va y, como si nada, dice que lo de la experiencia es muy bonito y todo el rollo, pero que si quieren hacer algo de verdad tienen que destruir la plataforma. Es raro ver a Seagal repudiar del misticismo en favor de actuar, y no sólo eso, sino que propone volar la plataforma. ¡Estamos hablando de que Seagal se convierte en un terrorista! Un ecoterrorista quince años antes del "Estado de miedo" de Crichton.
Él solito se carga una estación petrolífera y a un puñado de mercenarios y malhechores de todo tipo en lo que es una de las escenas más memorables de su filmografía y que da lugar a frases tan emblemáticas (a la par que surrealistas) como la que le dedica el líder del equipo de élite encargado en detenerle: "ese hombre sería capaz de beberse un litro de gasolina con tal de poder mear después en tu hoguera; a ese tipo le abandonas en medio del Polo Norte, únicamente con unos calzoncillos y el cepillo de dientes, y al día siguiente aparecerá tranquilamente en tu casa con una sonrisa y un millón de dólares en un maletín de cuero". Ante esto lo único que puede suceder es que unas lágrimas de emoción broten de nuestros lagrimales y se resbalen por nuestras mejillas mientras repetimos mentalmente: "qué grande eres, Seagal; mátalos a todos". Y ya lo creo que lo hace, pero no sólo eso, sino que encima los humilla mientras se los va cargando con unos aires de superioridad y suficiencia tan pasmosos, que consigue que los malos sean poco más que monjas de la caridad a su lado.
Esto es Seagal en estado puro. Esto es "En tierra peligrosa". Una película totalmente incendiaria por la explicitud de su violencia y lo radical de sus postulados, que incluye una apología del terrorismo combinado con un mensaje ecologista tan voraz como necesario. Una película arriesgada que no ha sabido encontrar a su público. Sinceramente, podrá gustar más o menos, tendrá sus defectos y sus virtudes, como todas las películas, pero "En tierra peligrosa" no merece la ridícula nota media que posee (¿un 3.3?). Me parece intolerable. Incomprensible.
El nivel alcanzado de violencia es tan brutal como gratificante. Y lo mejor es que, después de tener una experiencia mística con los esquimales durante el segundo acto (el más flojo, dicho sea de paso), el tío va y, como si nada, dice que lo de la experiencia es muy bonito y todo el rollo, pero que si quieren hacer algo de verdad tienen que destruir la plataforma. Es raro ver a Seagal repudiar del misticismo en favor de actuar, y no sólo eso, sino que propone volar la plataforma. ¡Estamos hablando de que Seagal se convierte en un terrorista! Un ecoterrorista quince años antes del "Estado de miedo" de Crichton.
Él solito se carga una estación petrolífera y a un puñado de mercenarios y malhechores de todo tipo en lo que es una de las escenas más memorables de su filmografía y que da lugar a frases tan emblemáticas (a la par que surrealistas) como la que le dedica el líder del equipo de élite encargado en detenerle: "ese hombre sería capaz de beberse un litro de gasolina con tal de poder mear después en tu hoguera; a ese tipo le abandonas en medio del Polo Norte, únicamente con unos calzoncillos y el cepillo de dientes, y al día siguiente aparecerá tranquilamente en tu casa con una sonrisa y un millón de dólares en un maletín de cuero". Ante esto lo único que puede suceder es que unas lágrimas de emoción broten de nuestros lagrimales y se resbalen por nuestras mejillas mientras repetimos mentalmente: "qué grande eres, Seagal; mátalos a todos". Y ya lo creo que lo hace, pero no sólo eso, sino que encima los humilla mientras se los va cargando con unos aires de superioridad y suficiencia tan pasmosos, que consigue que los malos sean poco más que monjas de la caridad a su lado.
Esto es Seagal en estado puro. Esto es "En tierra peligrosa". Una película totalmente incendiaria por la explicitud de su violencia y lo radical de sus postulados, que incluye una apología del terrorismo combinado con un mensaje ecologista tan voraz como necesario. Una película arriesgada que no ha sabido encontrar a su público. Sinceramente, podrá gustar más o menos, tendrá sus defectos y sus virtudes, como todas las películas, pero "En tierra peligrosa" no merece la ridícula nota media que posee (¿un 3.3?). Me parece intolerable. Incomprensible.