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España España · Sevilla
Voto de Musiczine:
9
Documental Un hombre esconde a su perro de las autoridades islámicas. Una chica llega a la casa de este huyendo precisamente de las autoridades. No salimos de la casa y el exterior parece una amenaza. Un arranque contundente para una película crítica y tensa, en la que hay espacio para lo autorreferencial, para la aparición de un Jafar Panahi que, aunque recluso en su casa, sigue haciendo cine. (FILMAFFINITY)
20 de octubre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
CLOSED CURTAIN viene a ser el particular HOLY MOTORS de Jafar Panahi, el imprescindible cineasta iraní que permanece confinado en su casa cumpliendo una condena “por actuar contra la seguridad nacional y hacer propaganda contra el régimen” tras padecer un dramático calvario de detenciones, acosos y encarcelamientos, nada más que por haber acudido al entierro de una joven activista asesinada durante las protestas electorales en 2009. El creador de EL CÍRCULO, desde su confinamiento, ha sido capaz de realizar dos largometrajes: el magnífico THIS IS NOT A FILM y el presente, que el realizador no ha podido venir a defender ante la prensa.
CLOSED CURTAIN tiene la misma vocación confesional que impelía el mentado film de Leo Carax. En ambos, la implicación del propio cineasta en calidad de elemento que reflexiona y manipula el film desde dentro forma parte esencial del devenir significativo del mismo. Sin embargo, mientras el galo, tras aparecer en la escena prólogo de su obra, proponía una torrencial fábula de escenificaciones de distintos géneros cinematográficos, todos ellos enhebrados entre sí por el desesperado pesimismo de un actor superviviente a la desidia espectadora de un futuro en el que el acto de mirar se ha degradado hasta cosificados extremos , el iraní se debe a la inatacable premisa de la carencia de medios de producción que padece, de ahí que la confesión de su malestar deba someterse a la de una fábula modesta en la que el factor subjetivo sea voz, parte y todo.

CLOSED CURTAIN nos propone de manera frontal al hombre de cine que, enclaustrado, no cesa de sentir las ansias por ejercer su oficio. El guión del film diserta sobre ese empeño, sobre esa situación y sobre la posibilidad de solucionarla. Un hombre trata de escribir un guión en una casa solitaria frente a la playa a la que no entra un solo rayo de luz. El morador de la casa no solo ha echado todas las cortinas, sino que ha forrado todas ellas con un papel oscuro. El motivo de este severo aislamiento es su perro. El régimen iraní ha dictado orden de extinción de todos los perros: éstos son animales indignos de pasearse por una calle.
De súbito, un hombre y una mujer irrumpen en la casa escondiéndose de una persecución. El hombre se va al poco tiempo y le ruega al primero que la cuide pues tiene tendencias suicidas. Las constantes apariciones y desapariciones de ésta pondrán sobre aviso al espectador de que todo el discurso tiene visos de estar ocultando algo. La realidad parece impelida a disolverse en un ente mayor que la está pensando.

La película es un asombroso ejercicio de cine experimental que, por un lado, sabe incorporar a su significación ficcional las circunstancias reales del rodaje del film (Panahi no puede abandonar la casa y tiene orden de no rodar un solo plano), y, por otro, concluye dirimiendo una arrolladora puesta en escena que hace que nos olvidemos de aquellas. CLOSED CURTAIN supone la consagración de un cineasta total que aprovecha la facultad de su oficio de cineasta para clamar por la angustia existencial que lo está consumiendo en vida. El film es un hipnótico juego de reflexiones creadoras involucrado en una narración minimalista, despojada, que, pese a esa (falsa) simpleza, termina evidenciando un portentoso encadenamiento de recovecos metacinematográficos, de deslices retóricos y de símbolos abruptamente subjetivos.

El cine dentro del cine convirtiéndose en parte del cine que bulle en la cabeza de un cineasta apresado. La necesidad de la creación alimentando la creación necesaria para que el cineasta preso siga fugándose de la vida. La vida como una cárcel (las rejas de la puerta del balcón, las cortinas, los trozos de papel cortados) y la ficción como única verdad en cuanto que es pensada libremente. Y, finalmente, el arte cinematográfico al servicio de esa libertad. Erase una vez un nombre preso que quería ser libre contando como el hombre preso imaginaba la vida del hombre libre… Insólita, pura, inagotable, sobresaliente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Musiczine
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