Yo con "El último mohicano" de J. Fenimore Cooper siempre he tenido una estrecha relación. Es un relato que me ha subyugado desde la infancia. Empecé leyendo la pertinente adaptación al comic de la Marvel, con lápiz de Sonny Trinidad; luego me empapé de la adaptación a novela juvenil de Ediciones Toray (aquellas ediciones que intercalaban comic con texto escrito); y por fin, ya más mayorcito, me hice con una edición barata pero íntegra de Ediciones Fórum (aquella de la colección Grandes Aventuras). Para mí es una de las grandes obras de la literatura universal.

A parte de la obra impresa, recordaba esta película con Randolph Scott programada algún sábado por la tarde en TVE. Revisitándola ahora he comprobado que, aunque no es del todo fiel a la obra original, sus disgresiones no son tan extremas como la superproducción del mismo nombre de 1992 de Michael Mann. Aquella si que se saltaba a la torera todo el argumento de Fenimore Cooper para mayor gloria de Daniel Day-Lewis, el actor del momento.

En esta, a Ojo de Halcón lo encarna el caracartón Randolph Scott. ¡Que prestancia, que savoir-faire! Como aguanta inmutable, con expresión impertérrita, poniendo la misma cara cuando masacran a su familia, que cuando se le muere su amigo Uncas, que cuando declara su amor por Alice. Un auténtico actor del método.