La ciudad es "El campo de batalla" donde van a dirimir sus diferencias los viejos ganaderos establecidos en miles de acres de tierra, con los nuevos colonos que con autorización del Gobierno van también a establecerse en aquellos grandes latifundios. Apoyando a los primeros un puñado de pistoleros encabezados por Savalas y Oates, dos auténticos invitados de lujo, antiguos conocidos de Jim con el que comparten el recuerdo de los "viejos tiempos", pero que también saben que eso ya es cosa del pasado y ahora, haciendo balance, se preguntan con nostalgia "¿... Y qué ganamos?"
Ante la gravedad del momento Jim recurre al Ejército solicitando su ayuda. La serie en general trata bastante mal a los militares, aunque en este capítulo ofrece una interesante reflexión del Mayor del fuerte sobre el papel jugado por la milicia en las luchas contra los indios y luego manteniendo la paz entre los propios rancheros. Pesimista es su visión de las cosas, "Los indios nunca rompen los tratados, los soldados siempre".