Al arrimo de los éxitos de Leone y sus westerns mediterráneos, los españoles también nos tiramos al ruedo para probar fortuna. Al fin y al cabo las cintas se rodaban bien cerca. Claro que con muchos menos medios y con mucho menor talento.
El director de origen argentino, con estudios de dentista, lo ensaya en esta versión hispana de la historia de Billy Carter (Martin), "el Niño" con el tiempo, que se echa al monte para vengar la muerte de su padre (Blanco) y el incendio del rancho familiar. Todo promovido por el malvado Price (Induni) y sus pistoleros que comanda el traidor Black (Taylor), siempre vestido como su propio nombre indica.
Guión regular, mala interpretación, música que no pega ni con cola, ambientación pasable, frecuentes peleas a puñetazos, violencia un poco gratuita y la presencia curiosa de un destacamento de Caballería que hace sus pesquisas y averiguaciones para esclarecer el crimen, "Buen trabajo Johnny. Esto lo explica todo". A destacar alguna escena como la del entierro, pero poca cosa más.
En resumen una cinta recomendable para los estudiosos del western hispano y para los seguidores del mito de Billy el Niño, que prefiere salirse de la grey, del rebaño cobarde, para tomarse la justicia por su mano. "El odio atrae el odio".