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Voto de Lafuente Estefanía:
2
Western Marshal Crown se encuentra en la caza de un asesino en una noche nublada. Francis decide contarle que la policía londinense tuvo que hacer frente a los mismos asesinatos el año pasado por alguien que se llamaba Jack el Destripador.
18 de febrero de 2021
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Ya pintaba mal desde el principio. Hablar en el título de oscuridad en una serie de televisión caracterizada por las pésimas imágenes nocturnas, era como mentar la soga en casa del ahorcado. Las previsiones, efectivamente, se cumplen de forma inexorable y la cinta transcurre íntegramente en una noche oscura como la boca del lobo que solo deja a ver, o entrever, los cuellos y los puños blancos de las camisas de los caballeros.
El caso es que cuando la cinta empieza estamos de fiesta bailando todos con desenfreno. Aparece por allí un cuchillo, se acaba el jolgorio y, ¡zas!, ya tenemos a una señorita de saloon acuchillada. Tan precisos son los cortes que le provocan la muerte que el primer sospechoso es el Dr. Casio. Las pesquisas pasan luego a un indio, a un jugador profesional, ¡a un afilador! y hasta a un inglés que lleva un maletín y un abrigo largo "como de enterrador". Inglés que ha llegado desde Londres siguiendo las huellas del famoso Jack el Destripador. Sí, el famoso asesino del barrio londinense de Whitechapel que este mismo año del Señor de 1888 ya se había llevado por delante allí a varias furcias y ahora "trabajaba" en América. Para más ambientación la niebla se extiende por toda la ciudad.
Si ya la serie es floja de por sí, en esta entrega las malas imágenes nocturnas nos dejan bastante in albis de lo que sucede en cada momento. Diálogos penosos y desenlace folletinesco para una intriga a la que se le podía haber sacado mucho más partido.
Lafuente Estefanía
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