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Voto de Lafuente Estefanía:
6
Western En el año 1860, Tom Bogarde, un joven con estudios, decide ir a Pearson City para averiguar la extraña muerte de su hermano Jack. Pero su presencia en el pueblo es acogida con desagrado, ya que cuentan que Jack fue asesinado por haber matado a Liz, una joven de la que estaba enamorado, al decirle ésta que se iba a casar con su mejor amigo. Sin embargo, Tom no cree que su hermano sea un asesino y, parece ser que no es el único. Un día, ... [+]
24 de agosto de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El comienzo es bien poco prometedor. Una señorita, Russ Brandon (Alonso), pasea en solitario con su coche de caballos cascabeleros cuando es asaltada por dos botarates vestidos de negro. Menos mal que por allí pasaba un galán de noche, Tom Bogarde (G. Martin), que los despacha en un periquete.
Una vez en Pearson City nos enteraremos que Tom busca investigar la muerte de su hermano Jack (T. Martin), en la que se halla involucrado su antiguo amigo Herbert Brandon (Taylor), una joven pretendida por ambos y Taffy (Solar) que resulta ser la dueña del saloon.
Todos estos personajes que citamos constituyen una especie de doble triángulo amoroso, complicado con las pesquisas detectivescas para conocer al asesino de Jack y con una trama de asaltos a diligencias por la banda de "Los jinetes negros".
El argumento es interesante y original. El título, cosa bastante rara, responde fielmente al contenido de la obra.
Otra cosa muy distinta es el guion. Elaborado por el propio director Ossorio tiene montones de fallos, hay personajes que parecen sobrar o cuya intervención se queda corta y mal justificada, caso del tal ¿Opalon? (Pamplona), además, el final es bastante chapucero por lo inexplicable. Los personajes, con el pelo a raya esculpido a navaja, parecen bastante superficiales. En cuanto a las interpretaciones, hay alguna sobreactuación (G. Martin) aunque predomina el buen oficio del grupo.
Para ser una cinta modesta hay momentos con bastantes extras en los escenarios, aunque los tiroteos resultan a veces patéticos y echamos en falta buenas cabalgadas a galope tendido, pues casi siempre los caballos van al paso o al trote. Lo mismo que el ritmo de la obra que resulta bastante cansino y falto de verdadera acción.
Y sin embargo la dirección tiene también sus aciertos. Por un lado la intriga general con algunos golpes de cierta espectacularidad, como la escena del cementerio donde un cartel nos dice que allí fue enterrado Jack en 1886. La banda sonora que incluye bellas baladas que escuchamos en escenas de saloon o acompañando al paso a la diligencia del oro, el excelente partido que saca a los escenarios naturales de la sierra madrileña y, sobre todo, la magnífica fotografía en blanco y negro de toda la película.
Algunas reseñas plantean la posibilidad de ser un antecedente del western mediterráneo que poco después desarrollará el gran Leone. No nos parece así, pensamos que Ossorio trata más bien de emular, con escaso acierto, es verdad, a maestros como Ford (véase el desenlace) o Hawks.
Por todo ello, pensamos que estamos ante una obra a considerar, a revisar, a darle una nueva oportunidad. No está el western hispano tan sobrado de obras interesantes como esta.
Recomendable sobre todo a los estudiosos del cine español y a los que gustan de los westerns que se salen un poco de los caminos trillados.
Lafuente Estefanía
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