Gracias a la sinopsis de FA hemos podido aclararnos un poco sobre la historia que se cuenta, pues la narración cinematográfica es de lo más embarullada y farragosa.
De entrada dos muertos en medio del campo, a dos bobos que andan por allí (uno acunando una muñequita) los despachan en un tiroteo de cantina, el mafioso Joe Oaxaca queda libre en un juicio. Silvestre Celestino Pérez Gallardo Jr. con unos pocos desarrapados más, roban en un acción delirante un cargamento de oro que conduce todo un destacamento de Caballería de los EEUU. Alucina vecina.
Apresado "Silvestre el amo del oeste", lo meten en una cárcel y encargan al "puntilloso" alcaide sonsacarle el escondite del botín. Pero entre rejas hay más gente que busca lo mismo, que "Entre coyotes no hay conejo que se escape".
Todo seguido, todo revuelto. El espectador asiste a todas estas idas y venidas sin comprender nada. De momento se mete Silvestre en la caseta de la letrina y ... voilá ... aparece fuera de la cárcel. Magia potagia.
Una historia mal contada, con personajes sin un mínimo armazón interno. Pésimo guion y pésima realización con un ritmo lento y aburrido. Nada parece tener sentido.
Destacamos únicamente un par de escenas con el grupo de presos marchando a la cantera primero y luego ascendiendo a la ermita para oír misa, mientras suena el pegadizo tema central de la banda sonora. Poca cosa.
En fin, una especie de tequila western malo de solemnidad. Quedan avisados.