Nueva aventura del hijo del salteador Manuel Zaldívar de su mismo nombre. Harto del corrido que canta las aventuras de su padre, en la cinta suena hasta tres veces, Zaldívar hijo (Anda) trata de limpiar el apellido paterno tal como le prometió a su madre en el lecho de muerte.
No era fácil de llevar la carga que arrastran los Zaldívar. De hecho le costará la vida al bueno de Juan Zaldívar, que será injustamente condenado y ahorcado por un delito que no ha cometido. Y a resolverlo llega su hermano Manuel.
Por el borrachín del pueblo, Tequila (Insunza), sabe que por cobrar la recompensa el avaro boticario Don Antonio (Álvarez) culpó sin motivo a Juan del robo de una partida de oro y de la muerte de los que lo transportaban. Pero la cosa se complicará muy pronto.
La cinta forma parte de una serie dedicada a Manuel Zaldívar, cada una de las cuales a su vez se presenta en forma de tres capítulos con los dos últimos titulados aparte.
El argumento es pueril, infantilizado. Lo mismo que el guion y la dirección. Interpretaciones y ambientación correctas.
Lo más llamativo en esta ocasión es entrar en una farmacia mexicana. Es bastante convencional, con sus anaqueles de madera oscura que muestran unos pocos medicamentos y bastantes albarelos. El boticario es gordo, cobardón y acabará de mala manera. "Alguien se intoxicó con sus malos remedios", bromeará alguno.
Cinta floja solo recomendable a los forofos del western mexicano.